subida de tipos de interés según el BCEEl aumento de la inflación ha provocado que los bancos centrales muevan ficha para mantenerla a raya subiendo el precio del dinero. Un alza que tiene dos efectos opuestos sobre tu ahorro. Tras seis años, el Banco Central Europeo (BCE) también se plantea la subida de los tipos de interés, que marcan lo que cuestan los préstamos en el Viejo Continente y, por ende, en España.

Antes de entrar de lleno en explicarte cómo afecta una subida de tipos a tu bolsillo, comencemos por el principio.

¿Qué son los tipos de interés de un país?

Los tipos de interés de un país son aquellos aprobados por las autoridades monetarias (en Europa, el BCE) para fijar el coste de las operaciones interbancarias, el dinero que los bancos le piden al Banco Central Europeo para, posteriormente, prestarlo a los clientes, o el dinero que se prestan los bancos entre sí

Dicho de otra forma, es el precio del dinero, es decir, lo que cuesta pedir un crédito o el rendimiento del ahorro invertido en determinados productos financieros cuya rentabilidad está ligada a la subida de los tipos de interés, como los depósitos bancarios o la renta fija. Las decisiones de evolución de los tipos las marca la inflación. 

La inflación, o lo cara o barata que está la vida

La inflación mide mensualmente la subida continuada y generalizada de los precios a partir de un indicador cuyo nombre seguro que has escuchado, el Índice de Precios de Consumo (IPC) de los bienes de primera necesidad y de los servicios más demandados que componen la cesta de la compra. 

Se tienen en cuenta desde alimentos, combustible, vestido y calzado, hasta electricidad, gas o telefonía, pasando por suscripciones a plataformas como Spotify o Netflix. Es una fórmula matemática en forma de porcentaje que indica lo que se encarece o abarata la vida y, por ende, si tienes más o menos poder adquisitivo. 

“El tipo de interés fija el precio del dinero que los bancos le piden al BCE para prestarlo a los clientes o el que se prestan entre sí”

Fluctúa en función de la ley de la oferta y la demanda. Así, sube cuando hay escasez de productos o aumento del consumo; por el contrario, baja cuando hay exceso de oferta o poca demanda. 

En la actualidad, la inflación se encuentra en unos niveles que no se habían visto desde mediados de los años ochenta. Hay dos culpables de que en nuestro país el IPC esté cercano a los dos dígitos. El primero es la pandemia. Durante las restricciones a la movilidad, el consumo se resintió de forma importante y la inflación se situó en terreno negativo. Sin embargo, cuando pudimos movernos con cierta libertad el gasto se disparó; después llegó la invasión rusa de Ucrania, que ha incrementado aún más los costes energéticos y de algunas materias primas. 

Para qué sirven los tipos o cómo mantener a raya la inflación

Como decíamos, los tipos de interés son el arma que tienen los bancos centrales para controlar la inflación. El efecto en cadena es el siguiente. Al subir los tipos se encarece la financiación. Esto quita renta disponible a los ciudadanos y hace que el consumo y la demanda de productos y servicios se reduzca, y por lo tanto así se controla también la inflación. 

Cómo afecta la subida de tipos en el ahorro: una de cal y otra de arena

Tal y como indicábamos, la subida de tipos tiene un efecto positivo y otro negativo en tu bolsillo:

Cuando hablamos de los contras por la subida de tipos de interés nos referimos a que se encarece la financiación: hipoteca, créditos, pagos aplazados… 

En el caso de la hipoteca, eso sí, el impacto que puede tener en nuestra cuota la evolución del Euríbor no es el mismo según el tiempo que haya pasado desde que contratamos el préstamo: esto es así por el sistema de amortización francés, que es el más habitual en España. Este sistema comprende cuotas que incluyen capital e intereses, y en él el capital va amortizándose de forma creciente a medida que avanza la hipoteca, mientras que los intereses se calculan sobre el saldo pendiente de amortizar, motivo por el que van decreciendo a lo largo del tiempo. 

“El ahorro invertido a largo plazo siempre suele estar enfocado hacia productos financieros que cotizan al margen del precio del dinero”

Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos una hipoteca a tipo variable de 150.000 € a 20 años, con un diferencial del 1%: Supongamos que en el momento de contratarla el Euríbor está al -0,5%, lo que resulta en una cuota mensual de 656 €. Si el Euríbor sube de repente al 2%, la nueva cuota sería de 758 €, esto es, un incremento mensual de 102 €. En cambio, si el Euríbor se mantuviese estable durante los primeros 10 años de la operación, y en ese momento, subiera de repente al 2%, la nueva cuota sería de 706 €, es decir, un incremento de unos 50 €.

Esto es así porque, como hemos comentado anteriormente, el cálculo de intereses se hace sobre el capital pendiente, que es muy inferior en el décimo año que al inicio de la hipoteca. Por eso mismo genera un mayor ahorro en intereses una amortización de capital al inicio de la hipoteca que al final, porque estaremos evitando pagar intereses durante muchos años.

En el caso de los pros o ventajas, sube la rentabilidad de productos financieros cuyo rendimiento está vinculado a los tipos de interés, como los depósitos y los activos de renta fija (bonos, letras del Tesoro), por ejemplo. Por cierto, hablamos de tipos en plural porque hay tres clases, pero no creemos necesario entrar en tecnicismos pues, al final, el efecto sobre el bolsillo es el que estamos intentando explicarte. 

¿Cuál sería la moraleja? Bien, suban o bajen los tipos, el ahorro invertido a largo plazo siempre suele estar enfocado hacia productos financieros que cotizan al margen del precio del dinero. Y la planificación sobre ellos se recomienda hacer según nuestros objetivos y necesidades reales. Algo que podemos hacer acompañados de la mano de un experto en finanzas como un asesor financiero, como los Family Bankers de Banco Mediolanum.

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