FOMO financiero o miedo a perderse oportunidades de inversión

Una de las peores cosas que le puede pasar a un inversor es tener la sensación de que está perdiendo oportunidades, como ha ocurrido por ejemplo con el reciente boom de las criptomonedas o, en el pasado, con la burbuja de las puntocom. Ese miedo a no aprovechar la ocasión en cuestiones que afectan al bolsillo es lo que se conoce como “FOMO financiero” y puede llevarnos a tomar decisiones financieras erróneas que podrían evitarse. Sigue leyendo y te contamos cómo.

¿Qué es el FOMO financiero? 

Acuñado en la década de los noventa por el estratega de marketing Dan Herman, este acrónimo (que ha cobrado fuerza con las redes sociales) representa las siglas en inglés de Fear Of Missing Out. Se trata de lo que podríamos catalogar como un sesgo psicológico, una respuesta emocional ante la idea de que otras personas están disfrutando de una vida mejor o que por el camino estamos dejando atrás oportunidades muy significativas. En otras palabras, se trata del miedo a quedarse fuera o a perderse algo.

El FOMO puede darse en todos los ámbitos de la vida y, en el caso concreto de las finanzas, se refiere a las oportunidades perdidas en los negocios, especialmente en los mercados financieros. El miedo “de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente”, resumen en un ensayo los doctores en medicina, Mayank Gupta y Aditya Sharm; esto, trasladado al dinero, podría traducirse en una sensación de desaprovechar ocasiones para rentabilizar nuestros ahorros. 

En ocasiones, este síndrome puede desencadenar una ansiedad difícil de controlar, que en este caso genera frustración por el dinero que no hemos ganado. «El FOMO es un concepto que conjunta la sensación de malestar al conocer que otras personas están disfrutando distintas actividades agradables o placenteras y que el sujeto no es parte activa de ello. Entre las manifestaciones más evidentes está la ansiedad, depresión, estrés, frustración y soledad creciente», advierte en un artículo el doctor Antonio David Pérez Elizondo, de la Universidad Autónoma de México.

¿Por qué tengo miedo a perderme oportunidades de inversión?

Si experimentas la sensación de que te dejas por el camino esas oportunidades que otros aprovechan y a ti se te escapan…, entonces padeces el síndrome del FOMO financiero. 

¿Te identificas con estos ejemplos?

  • Piensas que tendrías que haber comprado bitcoins en sus inicios, cuando todavía eran asequibles para la mayoría de los bolsillos y aún no estaban en el radar de los especuladores.
  • Crees que, tras las fuertes caídas en 2022 de las Big Tech norteamericanas, la revalorización en el primer trimestre del año de algunas, como el caso de Meta (Facebook), con una subida del 76%; Apple, con un +27%, o Netflix y Alphabet (Google), ambas con ganancias del 17%, es un tren en el que deberías haberte montado.
  • Fuiste de los que se quedaron con las ganas de comprar acciones del portal de Telefónica, Terra, que en tres meses pasó de los 11 euros a casi los 160 (el FOMO financiero hizo que muchos entrasen tarde, comprando caro, y terminasen en caída libre perdiendo dinero).

Hay un sinfín de sensaciones de pérdidas, tan simples como pensar que se ha entrado o salido tarde de la bolsa o de un valor concreto. Hay una máxima que indica que el último euro ha de llevárselo otra persona y no lamentarse de no ser nosotros. 

3 técnicas para controlar el FOMO financiero

Si, con todo, te lamentas por ello, aquí van algunos consejos para que el FOMO financiero no se apodere de ti:

  • Toma distancia de las presiones que magnifican este tipo de oportunidades, especialmente alimentadas en las redes sociales, que llevan a un exceso de información y a un aumento aún mayor de las dudas. En su libro La psicología del dinero, Morgan Housel, experto en economía conductual, destaca que “la falta de FOMO es una de las habilidades de inversión más importantes”, ya que lo considera “imprudencia disfrazada de ambición”. También considera que, en la era de los influencers, controlarlo “es probablemente la habilidad financiera más importante”. Afirma que, una vez eliminado este sesgo financiero de la ecuación, lo que queda es preocuparse de los propios objetivos, evitar ser absorbido por las burbujas y pensar a largo plazo.
  • Focaliza tu atención en lo que tienes, lo que has ahorrado con tus ingresos y patrimonio invertido, y no tanto en lo que has perdido, que en realidad no es tal, ya que simplemente no has llegado a acceder a ello. Es “aceptar que no siempre ocurren las cosas como queremos y aceptar el dolor que conlleva ese descubrimiento”, señala el psicólogo David Blanco.
  • Déjate ayudar por los que saben cómo poner a trabajar el dinero con una adecuada planificación financiera. Los asesores financieros conocen los comportamientos que tienen los mercados, enseñan a ser pacientes y a controlar las reacciones irracionales, impulsadas por las emociones y el sesgo de la manada, por el que uno tiende a comprar o vender en el mercado cuando todo el mundo lo hace. Decía el psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung que “la masa, como tal, siempre es anónima e irresponsable”.

Terminamos con otra recomendación, en este caso de Lori Schock, directora de la Oficina de Educación y Defensa del Inversor de la SEC, el supervisor de los mercados en Estados Unidos, equivalente a nuestra CNMV (Comisión del Mercado Nacional de Valores): “No hay que seguir al FOMO, para ello lo mejor es planificar el futuro financiero y dejar de lado tendencias e influencers”.

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