La crisis del coronavirus o virus COVID-19 y su expansión por el mundo han provocado un escenario a nivel social realmente diferente, pero están reproduciendo las reacciones de pánico en los mercados que ya hemos vivido en capítulos anteriores de nuestra historia reciente. Recordemos crisis de índole parecida como el SARS, la gripe aviar, la porcina o el ébola.

Con toda la cautela y sin perder de vista las medidas y protocolos de las autoridades sanitarias, y con confianza plena en los avances de la comunidad científica, no es menos cierto que el miedo no puede guiar nuestra toma de decisiones, sobre todo en el terreno financiero. Tenemos que decidir partiendo de datos y hechos concretos. Nunca llevados por miedos infundados propagados a través de fake news, rumores o algo tan humano como los sesgos o trampas que nos tiende nuestro cerebro. 

Esta vez no es diferente

A corto plazo, el impacto económico del coronavirus se puede dejar notar, entre muchos otros factores, porque la crisis afecta directamente a la producción en China y, por extensión, al comercio mundial. Pero ¿qué pasará cuando se contenga? 

Pasó con el 11-S, el SARS, Lehman Brothers, la guerra comercial entre China y EE.UU. o la salida del Reino Unido de la UE, que auguraba un batacazo sideral en todo el globo: ¡Brexit, la peor amenaza se cierne sobre la economía mundial!, titulaban los medios de comunicación. En todas y cada una de esas crisis oímos la misma frase: “¡Esta vez es diferente!”.

Y no, no fue diferente. Y en todos los casos se demostró que el miedo era el peor consejero. El mundo siguió adelante, tal y como hará en esta ocasión. 

Coronavirus y cómo ahorrar en crisis

Mensaje claro: método y estrategia

Por eso es importante recordar que, si mantenemos una estrategia de ahorro a largo plazo bien diversificada, debemos mantener el rumbo y no tomar decisiones precipitadas. Al contrario, si tenemos clara la estrategia y el objetivo, es un momento para revisar nuestras aportaciones y plantearnos aumentarlas en el momento actual de los mercados.

Para despejar dudas, el camino es dejarse acompañar por un profesional de las finanzas, como los Family Bankers de Banco Mediolanum, para mantener el rumbo trazado y evitar que las emociones puedan condicionar nuestras decisiones.

 

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