¿Qué pasaría si nos encontráramos con el mercado más bajista de la historia? ¿Qué pasaría si invirtiéramos en un mercado que hace más de tres décadas que está por debajo de su máximo? ¿Afectaría esto, por ejemplo, a nuestra estrategia de inversión en renta variable a largo plazo?
Aunque parezca imposible, existe un caso insólito que vale la pena repasar: el de la Bolsa de Japón. ¡Veamos qué ha pasado durante todos estos años!
Para ello, echemos un vistazo a la evolución del índice Nikkei 225, indicador del mercado de renta variable japonés. Lo curioso del caso es que, si nos fijamos en el siguiente gráfico, veremos que se encuentra un 39% por debajo de los máximos que llegó a alcanzar en diciembre de 1989. Aquel año llegó a los 38.957 puntos por la gigantesca burbuja inmobiliaria que revalorizó el índice casi el 500% durante la década de los ochenta.
Disipando dudas sobre la inversión a largo plazo
No hay duda que ante lo que refleja el gráfico de la evolución del índice japonés Nikkei a lo largo de varias décadas, muchos ahorradores podrán plantearse la efectividad de la inversión a largo plazo.
Porque, ¿qué le habría sucedido a un inversor que hubiese apostado por la renta variable a largo plazo en ese mercado a finales de los ochenta? Depende. Sobre todo, depende de qué estrategia de inversión en bolsa hubiese decidido aplicar.
Porque si hubiese invertido todo su dinero de golpe y no hubiese hecho nada más, hoy su inversión estaría por debajo de cuando entró, hasta un 39% menos.
En cambio, un inversor que hubiese apostado por una estrategia de inversión a base de aportaciones periódicas y regulares habría obtenido beneficios. Nos referimos a la estrategia denominada Dollar Cost Averaging (DCA), que consiste en invertir la misma cantidad de dinero todos los meses, con independencia de lo que haga el mercado.
Este método de inversión permite ir promediando el precio de entrada en el mercado, por lo que al final de este periodo el inversor, llamémosle metódico, habría logrado obtener una rentabilidad positiva, incluso en un mercado como el japonés que lleva décadas sin recuperarse.
En el gráfico siguiente, veremos que los resultados de aplicar la estrategia de aportaciones periódicas del DCA ofrecen una rentabilidad acumulada del 62,90% frente al -39,21% del índice. Una diferencia de 102,11 puntos porcentuales.
Vaya por delante que invertir en único mercado es ya de por sí muy poco recomendable dado que se concentra excesivamente el riesgo: lo aconsejable es siempre aplicar una amplia diversificación (geográfica, por sectores, por divisas, etc.).
Pero este ejemplo nos vuelve a demostrar que la clave del éxito en las inversiones no es ni el mercado ni el producto, sino el método y la estrategia que apliquemos. Es decir, de qué manera utilizamos las herramientas de que disponemos. Para el mejor uso siempre es recomendable apoyarse en un profesional, un asesor financiero que nos conozca y que nos acompañe para tomar las mejores decisiones posibles y aplicar las estrategias más adecuadas en la gestión de nuestro ahorro.