Invertir es una de las vías para poner a trabajar nuestro dinero, evitando que pierda poder adquisitivo por la inflación.
En un primer momento, la palabra “inversión” puede causar cierto miedo e incluso rechazo por desconocimiento de este mundo, pero en este artículo encontrarás respuestas a las dudas más básicas que todo principiante en el mundo de las inversiones se ha planteado alguna vez.
¿Qué es invertir y qué no?
Obviamente, podemos disfrutar del dinero al instante, o bien ahorrarlo o invertirlo. Tradicionalmente el ahorro se ha asociado al concepto de guardar y se ha destinado a instrumentos con intereses poco atractivos. Algo nada recomendable por la inflación, que hace que el dinero “aparcado” pierda poder adquisitivo con el paso del tiempo.
Con la inversión buscamos una rentabilidad. Esto es debido a que invertir consiste en destinar parte nuestro dinero a diferentes empresas, sectores económicos, países, bonos, etc. con el objetivo de participar en los beneficios o el crecimiento que puedan generar. Se trata, pues, de una oportunidad, aunque siempre debemos ser conscientes del riesgo que conlleva al no estar garantizada la evolución del dinero invertido.
Hay muchos tipos de inversión: desde bienes inmuebles, divisas, bolsa de valores, materias primas, etc. Y existen categorías de inversión distintas, como la renta fija (emisiones de deuda de los Estados, empresas, instituciones) o la renta variable (acciones).
“Invertir es una de las vías para poner a trabajar nuestro dinero, evitando que pierda poder adquisitivo por la inflación.”
En definitiva, invertir es renunciar a usar un dinero en el presente con la intención de tratar de lograr un beneficio mayor en el futuro, siempre recordando que el resultado no está asegurado. Nuestros resultados dependerán de muchos factores como el plazo y la diversificación de nuestra inversión, en qué invirtamos, la evolución de las empresas, los mercados o las economías de los países, etc. Y sobre todo de las estrategias y metodologías de inversión, de las decisiones que tomemos como inversores y de nuestra capacidad de evitar decisiones emocionales.
Lo que hemos de tener claro es que invertir no es especular y tampoco es solo cosa de ricos ni consiste en tratar de hacerse millonario de la noche al día. Invertir es anclar nuestro dinero a la evolución de la economía, buscando evitar que pierda valor por la inflación.
¿Qué es la inflación y cómo afecta a nuestro dinero?
Nuestro dinero también debe tener en cuenta los efectos de la inflación. La inflación consiste en una subida continuada de los precios de los bienes y servicios (durante un periodo de tiempo) y, en consecuencia, en una disminución del valor del dinero, ya que con la misma cantidad se pueden adquirir menos bienes y servicios. El ahorro es un método en el que el dinero no fluctúa y es fijo, pero pierde poder adquisitivo por efecto de la inflación.
En la inversión, el dinero está sujeto a las oscilaciones del mercado, con lo que, antes de invertir, hay que determinar con qué objetivos lo hacemos, qué porcentaje de nuestros ingresos se destina a ello y los plazos adecuados. En este sentido, siempre es recomendable contar con la ayuda de un experto, como un asesor financiero, de lo que hablaremos más adelante.
El ahorro: el origen de cualquier inversión
Hay muy pocas reglas de oro en la inversión, pero esta es una de ellas: antes de decidirte a invertir, es importante contar con un colchón económico para imprevistos que esté siempre disponible y que no corra ningún riesgo.
A partir de aquí, siempre surge la duda: “¿qué cantidad de dinero debería tener mi colchón?». En este caso, dependerá de las necesidades y gastos de cada persona y su familia. La cifra puede ir variando y se puede ahorrar e invertir al tiempo que aumentas tu colchón para imprevistos.
¿Qué necesitas para invertir?
Tus inversiones se deben adaptar a ti, a tu vida, a tus objetivos y a tu personalidad. Por eso, pese a que escuches en tu entorno que una determinada inversión es una gran opción, puede que no lo sea para ti.
“Un asesor financiero te podrá acompañar en la gestión de tus inversiones y te ayudará a tomar las mejores decisiones de acuerdo con tus circunstancias”
Para empezar a trazar un camino sólido en el mundo de la inversión, estos cuatro pasos que te mostramos a continuación serán fundamentales:
Los pasos para empezar a invertir desde cero
- Conoce tu perfil de inversor
El perfil de inversor es el conjunto de características que te definen en este ámbito. Se tiene en cuenta qué experiencia previa y conocimientos tienes, la formación financiera, tu aversión al riesgo, tus expectativas de rentabilidad, tu horizonte temporal de inversión… Un asesor, como los Family Bankers de Banco Mediolanum, pueden ayudarte a que conozcas en profundidad tu perfil de inversor.
Cuánto más te conozcas, mejores decisiones tomarás. Y recuerda que tu personalidad no tiene por qué coincidir con tu perfil de inversor. Se puede ser una persona tímida o introvertida y ser un inversor arriesgado, o viceversa.
2. Marca tus objetivos
¿Dónde quieres llegar? ¿Para qué quieres invertir?¿Para conseguir dinero para una vivienda? ¿Para tu jubilación? ¿Para los estudios de tus hijos? ¿Cuáles son tus plazos para conseguir ese dinero? Hazte preguntas para conocer con la mayor claridad posible tus objetivos de inversión. Estos pueden cambiar con el paso del tiempo, por lo que, cuando lo hagan, tus inversiones deberán amoldarse a ellos.
- Controla las emociones
La paciencia y la fortaleza mental son dos virtudes en el mundo de la inversión; de hecho, son algunas de las claves más importantes detrás de su éxito. Las emociones nos pueden jugar malas pasadas. En el sector de la inversión suele ocurrir mucho que, cuando vemos a otros inversores tener éxito, tememos perder el tren y nos lanzamos a realizar la misma inversión, algo que puede ser un error. Invertir no es especular ni tampoco ligar las inversiones a productos de moda.
Sin embargo, la paciencia y la mente fría (y no las sensaciones) son las que nos harán realizar una estrategia de inversión adaptada a nuestros objetivos. Algo esencial con objetivos a largo plazo, como puede ser, por ejemplo, la jubilación. En este sentido, un experto en finanzas puede ayudarnos a gestionar nuestro dinero, pues se trata de alguien ajeno a nuestras emociones. Igual que el mejor cirujano del mundo recurriría a un colega de profesión al verse incapaz de operar a su propio hijo por la carga emocional que conlleva la intervención.
- Busca ayuda de un asesor financiero
Déjate aconsejar. La figura de un asesor financiero es muy recomendable para que te guíe a lo largo del ciclo financiero de un inversor, y lógicamente, aún más para un principiante. Este profesional tiene la formación y una visión global de la economía y es experto en la gestión del patrimonio. Un asesor financiero te podrá acompañar en la gestión de tus inversiones y te ayudará a tomar las mejores decisiones de acuerdo con tus circunstancias.
Errores comunes de los inversores noveles
El camino de cualquier inversor principiante (y experto) no está libre de errores. Pese a los conocimientos que hayas podido adquirir en este post o a través de otras fuentes, como inversor novato tu principal problema es la falta de experiencia, pero no te preocupes, eso es algo que se soluciona con el tiempo.
Para que vayas sobre aviso y con el fin de que cometas los menores contratiempos posibles, queremos que conozcas algunos de los errores más comunes que cometen los inversores noveles.
- No consultar fuentes fiables
Algo totalmente desaconsejable para un inversor principiante es dejarse llevar por consejos no profesionales o fuentes poco fiables. Aunque encuentres información en la web de personas expertas en la materia, puede que sus estrategias no se adapten a tu situación y a lo que buscas y que acaben resultando negativas para tu situación financiera. Por eso, es recomendable contar con un asesor financiero que conozca tu situación y tus objetivos y te aconseje conforme a ellos.
2. No diversificar
La diversificación es una regla básica de todo inversor. No debes invertir todo tu dinero en una única opción, para diluir el riesgo. Lo mejor es comenzar a invertir con cautela e ir construyendo una cartera de inversiones en la que haya diferentes activos financieros, países, sectores y distintos niveles de riesgo. Algo que no es fácil y que es recomendable hacer al lado de un profesional, como un asesor financiero. Conforme vayas aumentando tus recursos, tu cartera de inversiones puede crecer y cambiar.
3. Endeudarse para invertir
Evita el endeudamiento para invertir, más aún si estás empezando. Desoye consejos que animen a invertir más cantidades de dinero a través de préstamos. Mantente firme y no aceptes.
Invertir no es fácil, pero no es algo que deba suscitarte miedo, sino más bien respeto.
Invertir está al alcance de todos y siguiendo los consejos que te hemos dejado en este post, tu camino está más allanado que cuando empezaste. Estás preparado si te decides a dar los primeros pasos en el mundo de la inversión.
Que producto garantizado es la mejor inversión para mis ahorros, no quiero fondos he tenido mala experiencia con los fondos.