Ayuda financiera en tiempos de crisisEl impacto económico generado por la crisis del coronavirus nos ha obligado a gestionar el vuelco a toda velocidad. Todo apuntaba a un año de aterrizaje suave de la economía y nos hemos encontrado con un aparatoso aquaplaning. Quizás muchas familias que habían ahorrado con unos objetivos, se han visto ahora obligadas a satisfacer necesidades mucho más inmediatas. De ahí la importancia de la anticipación y la planificación para cubrir todas las etapas del llamado ciclo financiero de la vida.

Hacía tiempo que no seguíamos con tanta atención los vaivenes del mercado laboral y esa puede ser la tónica general hasta que el año termine. Decía Rafa Nadal que los días malos tienen una cosa buena: nos entrenan para los partidos duros. Y es verdad. 

Tarde o temprano, el mundo se recuperará, como siempre ha hecho, y seguirá con su impulso. Habremos superado entonces lo más duro del partido y ya no harán falta más lecciones de baile a cámara rápida para adaptarse a lo inesperado. 

Profesionales más preparados

Mientras, miles de profesionales están adelantándose a la curva mejorando y actualizando sus perfiles con nuevos conocimientos y habilidades. En España, las búsquedas del término “formación online” en Google se han triplicado desde esta primavera hasta finales de mayo. 

Además, según un informe de la institución de educación digital Udemy, las inscripciones en sus programas se catapultaron un 280% en nuestro país tan solo entre el 15 de marzo y el 5 de abril, y las matriculaciones en sus cursos de inversión aumentaron en más de un 250%. Aunque el salto de las matriculaciones es fabuloso, solo es el último acelerón de una tendencia anterior.

“En España, las búsquedas del término “formación online” en Google se han triplicado esta primavera hasta finales de mayo”

Asesor financiero: profesión de futuro

Según un sondeo de Accenture, la mayoría de los inversores millennials ya exigían en 2017 que los asesores financieros les ofrecieran formación además de soluciones económicas. Según un sondeo de Axa en 2019, más del 60% de los inversores españoles esperaba recibir asesoramiento financiero y aseguraba que, a la hora de buscar consejo profesional, prefería contar con un asesor antes que recurrir a los servicios y las consultas de la banca tradicional.

Por eso no sorprende que ahora, además de formación para pulir sus perfiles, muchos españoles busquen el asesoramiento profesional para poder gestionar mejor sus ahorros e inversiones de tantos años en un momento de gran desorientación y volatilidad. Saben que las caídas de los mercados, el desplome del PIB o los recortes de sus empresas no son los únicos retos a los que se enfrentan. 

Un acompañante para gestionar nuestras emociones

De hecho, estos momentos han agravado, históricamente, en los inversores algunos errores inconscientes que pueden hacer tambalear sus finanzas tras décadas de esfuerzo. Hablamos de los sesgos —las llamadas trampas del cerebro— como el de manada y preocupación, y de la obsesión con el presente inmediato.

El primer sesgo consiste en reproducir, simplemente, la reacción a la recesión que percibamos como mayoritaria en nuestro entorno o en la sociedad. Acompañamos a la tribu hasta el borde del acantilado y luego seguimos andando en el aire. El segundo sesgo hace que el pánico, y no el análisis de los datos, tome las decisiones de ahorro e inversión por nosotros. Por fin, la obsesión con el presente inmediato nos conduce a ver el futuro como una mera prolongación del presente (llámame realista, no pesimista) y a olvidarnos de cualquier operación que no sea a cortísimo plazo o esté totalmente determinada por el frenazo económico. 

“Según un sondeo de 2019, más del 60% de los inversores españoles esperaba recibir asesoramiento financiero”

Equilibrismo en tiempos volátiles

Muchos inversores y ahorradores españoles intentan evitar esas trampas del cerebro con el acompañamiento de una mejor formación y un asesoramiento financiero profesional, porque saben que no es fácil. Necesitan dosificar con pericia y paciencia los recursos durante la crisis.

Al mismo tiempo, no quieren ni oír hablar de poner en peligro ni el bienestar de su futura jubilación ni la financiación de partidas tan básicas para una familia como los estudios de sus hijos. Según el Ministerio de Educación, cursar en la universidad pública un grado y un máster no habilitante cuesta de media más de 6.200 euros. 

El reto esencial para los hogares en el conjunto de su ciclo financiero pasa por ir revisando los objetivos de la planificación a corto, medio y largo plazo, mucho mejor si es acompañado de un profesional de las finanzas. Por ejemplo, si hemos fijado como objetivo familiar la adquisición de una vivienda, es aconsejable estar atento a la evolución del mercado inmobiliario para tener en cuenta todas las variables.  

En definitiva, en un mundo cambiante, la inversión en formación y en asesoramiento financiero —como el que prestan los Family Bankers de Banco Mediolanum— nos servirá para anticiparnos y tomar las mejores decisiones de ahorro e inversión que hoy nos protejan y mañana nos permitan alcanzar nuestras metas.

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