La esperanza de vida ha crecido de manera importante en los últimos años. Esto es, sin duda alguna, una muy buena noticia que nos permite disfrutar de muchos años de descanso después de nuestra vida laboral. Según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida de los hombres españoles es de 79,4 años, mientras que en el caso de las mujeres esta se extiende hasta los 85,4. Con los 65 años cumplidos, un español medio vive 18,7 años más, mientras que en el caso de una mujer, esta cifra se eleva hasta los 22,8 años. Esto, sin duda alguna, es un triunfo, pero también es un problema económico, ya que el Estado tiene cada vez menos recursos y eso tendrá un efecto en las pensiones de las próximas generaciones, que serán cada vez más reducidas.
El envejecimiento de la población es un hecho. Un estudio del INI asegura que, en menos de medio siglo, España tendrá la población más envejecida de Europa y el grupo de edad de mayores de 65 años pasará del 16,80% de 2005 al 30,85% en el año 2050. Factores como la crisis económica, el alto desempleo y la incorporación más tardía al mercado laboral son factores que hay que tener en cuenta, ya que la caja de las pensiones se nutre de las aportaciones de los trabajadores a la Seguridad Social.
Los estudios económicos apuntan a que, tras la jubilación, hace falta garantizar entre un 70% y un 90% de los ingresos para mantener el mismo nivel de vida del que se disfrutaba durante el periodo laboral. Es fundamental tener clara esta realidad para evitar sorpresas desagradables a la hora de cobrar la pensión. Ante esta realidad, que se agravará en un futuro próximo, se tiene que responder con una mayor responsabilidad ciudadana y ocuparse de asegurar una jubilación digna y sin sobresaltos. Para ello, se tiene que tener en cuenta varios factores:
1.- Hay que ahorrar.- Ante este panorama se impone la necesidad de ahorrar para garantizar ese nivel de vida que, tras una vida de trabajo, cada uno se merece. Los expertos aseguran que hay que dedicar entre un 20 y un 30% de los ingresos netos a este concepto. El concepto clave, en este punto es la disciplina, no dejar pasar ningún mes sin ahorrar para la jubilación, ser constante.
2.- Hay que empezar cuanto antes.- Es indispensable imponerse la disciplina del ahorro. Habrá que tener en cuenta cuáles son los proyectos personales a desarrollar tras la jubilación y el tiempo que nos resta para llegar a ese momento para saber cuánto dinero hay que ahorrar para garantizar el nivel de vida al que aspiramos. Nunca es tarde para hacerlo aunque, cada año que dejamos pasar, requiere de mayores sacrificios económicos para cumplir los objetivos. Por contra, cuanto antes empecemos, menos esfuerzo económico se requerirá para lograr el ahorro necesario ya que el tiempo juega a favor del ahorro si se gestiona correctamente.
3.- Hacer un importante esfuerzo ahorrador en los primeros 10 años del tiempo que dedicaremos a ahorrar.- Los expertos coinciden en que este periodo marcará el 50% de nuestra futura jubilación ya que el primer dinero que ahorremos tendrá más tiempo para aprovechar de las ventajas del interés compuesto.
4.- Retrasar al máximo la edad de jubilación.- Parece una medida de Perogrullo, pero tiene matices nuevos que vienen impuestos por el nuevo sistema de pensiones que extiende a toda la vida laboral el cómputo para calcular la cuantía de las pensiones. Y si tenemos en cuenta que los últimos años de la vida laboral los ingresos son más altos, al alargar el momento de la jubilación esos últimos años pesarán más.
5.- Hay que tener en cuenta el factor inflación.- El ahorro que destinamos a la jubilación ha de lograr una rentabilidad que supere la inflación, ya que si no nuestros ahorros perderán poder adquisitivo con los años.
La solución ideal para maximizar el efecto de nuestros ahorros es ponerlos a trabajar y Banco Mediolanum tiene muy claro la importancia de una buena planificación y gestión del ahorro destinado a la jubilación. Con la ayuda del Consultor de Banca Personal, cada familia dispondrá de un plan financiero personalizado que se ajustará a sus necesidades y características y que tendrá en cuenta la importancia de preparar una jubilación digna.