El asesor financiero es una figura al alza en un sector como el bancario en el que cerrar oficinas y prescindir de profesionales es el pan nuestro de cada día. Una figura actualmente en boga que, sin embargo, ha sido el epicentro de Banco Mediolanum desde su nacimiento. Ahora bien, si un profesional financiero como los Family Bankers puede apoyarnos a planificar nuestra economía… ¿Puede también responder a cualquier pregunta? ¿Puede predecir, por ejemplo, qué pasará con nuestras inversiones? ¿Qué debemos esperar de él?
Ahí van algunas ideas…
Tres cosas que puedes pedirle
1.¿Qué pasa con la economía mundial y cómo me afecta?
Un Family Banker puede contextualizar la situación geopolítica y sus incidencias sobre la economía. Hoy en día recibimos por mar, tierra y aire todo tipo de informaciones económicas que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad. Contar con un experto que simplifique qué pasa en el planeta a nivel financiero nos ayudará a entender mejor el mundo que nos rodea.
2. ¿Qué hago cuando los mercados bajan?
¡Ante todo, mucha calma! Un buen asesor sabe que las emociones influyen en la toma de decisiones financieras. Por lo tanto, es un plus que nos ayude a gestionarlas. Sobre todo, en momentos críticos que, además, pueden convertirse en oportunidades de inversión. Nuestro estado de ánimo será anecdótico porque habremos trazado una estrategia al margen de los vaivenes del mercado. Planificación es sinónimo de tranquilidad.
3. ¿Cuándo puedo llamarle?
Cada vez que lo necesites. La disponibilidad y la escucha activa definen la labor de un Family Banker. Dedican el tiempo necesario a las necesidades y los anhelos de cada ahorrador. Un tiempo de calidad imprescindible para diseñar una planificación coherente que responda a lo que se espera en cada una de las etapas del ciclo financiero de nuestra vida. Sin duda, ese tiempo con un cliente no solo es necesario, sino imprescindible.
Tres cosas que nunca hará
1. Nunca hará previsiones
Ni siquiera uno de los grandes gurús de las finanzas, Warren Buffett, se ha atrevido jamás a vaticinar qué pasará en los mercados, por mucho que se lo pregunten año tras año. Y un asesor financiero tampoco debe hacerlo. Su función pasa por entender la marcha de la economía y ayudarnos a comprenderla para tener una visión global que nos ayude a tomar las mejores decisiones.
2. Nunca prometerá rentabilidades
¡Error! (sonido de respuesta incorrecta). Un asesor financiero jamás puede garantizar rendimientos a futuro. Es imposible. Al igual que las previsiones entran en el terreno de la profecía, es temerario e irresponsable aventurarse a hacer cualquier tipo de promesa de rentabilidad.
3.Nunca te ofrecerá productos «milagro»
Un asesor financiero de Banco Mediolanum jamás se guiará por una campaña de producto porque, simplemente, no existen. Planificar las finanzas de un ahorrador es algo más profundo que un producto o un vehículo de inversión.