estudiar en la universidadHay padres que, mucho antes de que les llegue la primera factura, saben que educar a un hijo en el siglo XXI es muy costoso. Y son conscientes de ello porque han sumado los costes medios de los estudios de los colegios, las universidades y los centros de posgrado que necesitarán el ahorro para la universidad para poder disfrutar de la mejor educación.

Los seres humanos tendemos a procrastinar en cuestiones importantes, damos prioridad a lo inmediato sobre los proyectos a medio o largo plazo y nos cuesta imaginar las consecuencias de nuestros actos en el futuro. Y un ejemplo de ello es el ahorro para la universidad de los hijos. 

La gestión de prioridades conspira para que los padres no vayan ahorrando desde el primer día el dinero que luego necesitarán para construir el camino hacia el futuro de sus hijos. Sin formación, sin una buena formación, será más difícil que puedan acceder a un buen empleo que les proporcione seguridad y estabilidad.

Los gastos educativos mensuales

Y los cálculos de los padres comenzarán, naturalmente, con el colegio. Según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la media del gasto escolar previsto por los padres para el curso 2020/2021, inmerso en plena crisis por la Covid-19, ascendía a los 1.937 euros anuales. El gasto necesario en los centros públicos casi llegaba a los 1.071 euros al año y el de los concertados superaba los 2622 euros. Son cantidades notables si se multiplican por el número de hijos y cursos.

Más allá de los colegios e institutos, algunos padres se pueden preguntar si merece la pena ir a la universidad con todas las noticias sobre precariedad e inestabilidad que aparecen en los medios de comunicación. Los números no dejan lugar a muchas dudas. 

En los trabajos a jornada completa, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística de 2017, los licenciados cobran casi un 30% más que los que solo han completado la enseñanza secundaria obligatoria. Hablamos de un salario mensual de 2.600 euros brutos frente a otro de apenas 1.900 euros.

Pero es cierto que las dudas de los padres no son infundadas. Al fin y al cabo, en 2018, casi el 30% de los titulados universitarios que finalizó sus estudios en 2014 estaba en paro y, según un informe de la Fundación CYD, más de un tercio de los licenciados españoles desempeña trabajos de baja cualificación.

La respuesta a esos padres escépticos no debe pasar, sin embargo, por animar a los hijos a renunciar a la universidad, sino por ayudarles a encontrar una institución y un grado que los diferencien. No vale cualquier centro ni cualquier carrera. ¿Cuál es el problema? Nuevamente, que eso tiene un precio.

El precio de las universidades en España

Muchas de las facultades que acaparan los primeros puestos en los rankings nacionales se encuentran en las comunidades autónomas donde es más caro estudiar.

En Cataluña, un curso de la carrera en la universidad pública (sin máster) cuesta más de 2.000 euros anuales, en Madrid alrededor de 1.500 euros, en Navarra más de 1.300 euros y en la Comunidad Valenciana rebasa los 1.350 euros. Frente a ellas, el precio del curso universitario en Cantabria, Andalucía y Galicia no llega ni a los 1.000 euros. Como era de esperar, los másteres más caros de las universidades públicas suelen ser catalanes, madrileños, valencianos y navarros.

 

En consecuencia, los padres no deberían sorprenderse de que sus hijos quieran marcharse a un centro de otra comunidad autónoma para acceder a una educación que los distinga del resto. Y eso, además del precio de los estudios, supondrá pagar por una habitación en una residencia de estudiantes o alquilar un piso enclavado en una ciudad donde, quizás, el coste de la vida y los alquileres sean más elevados. 

En una especie de bucle, es muy probable que allí no se acabe el periplo de sus descendientes, que suspirarán por un curso universitario en el extranjero que les ayude a dominar el inglés o un segundo idioma. 

¿Cuáles son las ayudas y becas para estudiar?

Sabemos que es muy importante ahorrar para los estudios en la universidad de tus hijos. Sin embargo, existen ayudas y becas para estudiar que facilitan la financiación de los estudios. 

Estas son algunas de ellas:

  • Beca para la universidad: grados y máster. Este soporte lo otorga el Ministerio de Educación de España. La cuantía de ayuda para los estudios postobligatorios universitarios y de máster se fija en función de diferentes requisitos en función de las rentas de la unidad familiar y la situación en la que se encuentre el estudiante. 
  • Beca Erasmus +. Estas becas son concedidas por la Comisión Europea dentro del Programa Erasmus+ para estudiar en el extranjero, concretamente entre los países que participan en el programa. En este caso, el apoyo económico que se ofrece varía en función de las diferencias del coste de vida de los países de origen, en este caso España, y en el que se realizará el programa, el número de solicitudes o estudiantes que las soliciten y la disponibilidad de las subvenciones que se dispongan. 
  • Beca Fundación Botín. Esta beca va dirigida a aquellos estudiantes cántabros que cursan estudios universitarios en Cantabria o en el resto de España, siempre y cuando estos estudios cursados no se impartan en la Universidad de Cantabria. Más información aquí.
  • Becas Sicue. Éstas ofrecen la posibilidad de estudiar en otra universidad española durante un año. Creado por Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. Al igual que en los anteriores casos, la ayuda variará en función de cada tipo de caso.
  • Becas propias de las universidades. Estas becas las otorgan cada una de las universidades, de forma independiente a la administración. 

Aunque aparte de éstas, existen muchas otras becas para la universidad que otorgan entidades privadas y que ayudan al desarrollo de los estudios universitarios de nuestros hijos. Hay que recordar que cada una de estas becas viene determinada por quienes las ofrecen y las características en las que se conceden.

El ahorro para la universidad es la clave

Los padres ante la gran pregunta: ¿cuánto cuesta la universidad?, algunos de ellos, son previsores y saben todo esto, aunque no tengan todos los números en la cabeza. Basta con comprender que el cerebro les va a invitar a aplazar las decisiones de ahorro para los estudios de sus hijos, que sus hijos son lo más importante de sus vidas y que los estudios son uno de los elementos más importantes de las suyas. 

Con esta mentalidad, ahorrar resulta mucho más fácil apreciar la finalidad de que hoy no salgamos a cenar o de que pasemos las próximas vacaciones más cerca de casa. Es la expresión de un compromiso con la seguridad, la estabilidad, la felicidad y el futuro de nuestros hijos.

Sin embargo, para llevar a cabo ese compromiso de ahorrar para que nuestros hijos puedan estudiar en la universidad, muchas veces necesitamos un empujón extra que impida que pospongamos todas esas cuestiones capitales, -no solo los estudios de los hijos- que pueden condicionar y comprometer en el futuro la economía familiar. Una tarea que podemos llevar a cabo con tiempo y con el acompañamiento de un experto en finanzas y en planificación del ahorro familiar, como el Family Banker de Banco Mediolanum. Junto a él, lograremos anticiparnos sin sobresaltos a uno de los momentos clave del ciclo financiero de la vida.

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