Los emprendedores y trabajadores por cuenta propia, como tantos profesionales, son unos expertos en gestionar la incertidumbre, pero también necesitan diseñar una buena estrategia para alcanzar, en pocos años, los objetivos que los animaron a emprender. Aunque la crisis actual se lo ha puesto más difícil, sigue siendo algo importantísimo.
Y lo es porque la perspectiva a largo plazo no solo es la que da sentido a su proyecto, sino que también les ayuda a reforzar, con nuevas fuentes de ingresos, su estabilidad financiera ante cualquier contingencia, a separar recursos para invertir en su formación y en la de sus hijos… A vivir, trabajar y planificar la jubilación para concederse, al fin, ese premio tan merecido: un retiro agradable, en su momento justo y sin agobios.
¡Se acabó lo de ir corriendo a todas partes!
Y los autónomos y emprendedores, y muchos otros profesionales, saben lo que es correr frenéticamente hasta olvidarse del lugar al que querían llegar y la forma física —financiera y emocional— en la que querían presentarse en él.
De ahí que, cuando se paran a reflexionar, descubren que las exigencias diarias, que son muchas y urgentes, les han llevado a olvidarse de la necesidad de planificar el futuro… O incluso a asumir que cualquier planificación a largo plazo no es planificación sino astrología. Y eso que, como dicen algunos autónomos veteranos, renunciar a planificar es la mejor forma de dejar que los astros tomen todas las decisiones. Sin duda, el tarot no parece el mejor plan de negocio.
“Como dicen algunos autónomos veteranos, renunciar a planificar es la mejor forma de dejar que los astros tomen todas las decisiones”
Gastos, ingresos… Tus finanzas bajo control
Quizás la desorientación se deba, como les ocurre a los buceadores, al tremendo mareo que provocan las diferencias de presión. Antes de zambullirse en el proyecto, el autónomo ve las cosas (los ingresos, los gastos, la conciliación, la misión) mucho más previsibles y controlables.
Según se va sumergiendo, ve que casi nada sale según lo esperado (¡a veces sale mejor!), que el servicio no es exactamente el mismo que quería ofrecer (a veces, le gusta más el nuevo), que los ingresos y gastos se mueven como serpientes de agua y que su relación con la conciliación se parece un poco a la de dos marineros, amigables y corpulentos, echándose un pulso.
De la inmediatez a la cultura del largo plazo
Ese “tremendo mareo” tiene mucho que ver con lo que las familias han vivido con el estallido de esta crisis económica. La situación se ha vuelto mucho más volátil en cuestión de meses y la primera reacción, la más automática, es obsesionarse con el corto plazo e intentar manejar el presente de una manera que ni siquiera eran capaces de conseguir antes de marzo.
Es esa necesidad de control la que hace que los autónomos y los emprendedores pierdan, a veces, la perspectiva del largo plazo o se olviden de planificar el futuro y de buscar un equilibrio entre lo urgente y lo importante.
“Contar con un asesor financiero para diseñar el plan, actualizarlo y alinear las decisiones presentes con sus necesidades futuras puede marcar la diferencia”
Estrategia para anticipar cargas y obstáculos
Por supuesto que lo urgente es fundamental. Como recuerda el último Informe Infoempleo Adecco, las tres grandes preocupaciones de los autónomos son las elevadas cargas sociales y administrativas, la alta fiscalidad y encontrar clientes. Eso hay que hacerlo hoy.
Sin embargo, también es cierto que la falta de coberturas sociales es otra de sus grandes preocupaciones, y que esa falta de cobertura se puede mitigar con un buen plan de ahorro e inversión a largo plazo y que, en muchos casos, hasta es necesario. La pensión media de jubilación de los autónomos ronda los 800 euros mensuales y ya hay más de 100.000 autónomos que siguen trabajando, aunque no siempre lo hubieran querido así, después de los 65 años.
Pero diseñar bien ese plan de ahorro e inversión a largo plazo es todo un reto para unos profesionales con jornadas, en muchos casos, de más de diez horas al día, con bastantes menos vacaciones que el resto y que, en un 21% de los casos, trabajan siete días a la semana.
Según la asociación sectorial UPTA, casi el 90% de los autónomos reconoce tener «bastantes o muchas dificultades» para la conciliación y el cuidado de los hijos o familiares, el 80% tiene problemas para poder hacer gestiones personales y el 94% a la hora de desarrollar actividades de ocio y tiempo libre.
Contar con un experto en finanzas personales
Además, cuando de verdad pueden sentarse a planificar sus finanzas personales, es posible que les falte una formación financiera avanzada y que, por eso mismo, les resulte complicado hacer un seguimiento de su plan de ahorro, inversión y endeudamiento y detectar, con un poco de antelación, los mayores riesgos y las mejores oportunidades para alcanzar sus objetivos. Los planes hay que adaptarlos periódicamente a las circunstancias. No están escritos en el agua, claro, pero tampoco en bronce.
Y aquí es donde contar con un asesor financiero que les ayude a diseñar el plan, a actualizarlo y a alinear mejor sus decisiones presentes con sus necesidades futuras puede marcar la diferencia, ya lo dijimos, en cuestiones tan básicas como la edad y calidad de jubilación como autónomo, su capacidad de reacción ante reveses económicos, la financiación de la educación de sus hijos o la elección del espacio donde trabaja y, por supuesto, descansa.