¿Te has planteado alguna vez poner a trabajar tu dinero para ti? Sí, has leído bien. En otras palabras, rentabilizar tu ahorro, para que crezca y alcances tus objetivos antes de lo que creías.
Ahorrar es mirar por tu futuro
Según la edad que tengas y tu perfil de riesgo, existen múltiples alternativas para que puedas invertir tu dinero. Ahora bien, el horizonte de la jubilación tiene que estar presente en todas las etapas vitales, incluso en aquellas en las que veas el retiro dorado como algo muy lejano. Porque, aunque seas universitario, puedes ahorrar 20 euros al mes.
“¿Comprar o alquilar vivienda? ¿Coche nuevo o de segunda mano? Descubre como la respuesta puede afectar a tu capacidad de ahorro”
Cuanto antes empieces, ¡menos dinero tendrás que destinar a ese periodo cuando se acerque! Ten en cuenta que la jubilación es una época en la que no tendrás ingresos. Tampoco sabrás cuánto percibirás de pensión pública y, además, las puertas del crédito bancario se te cerrarán. Solo vivirás del dinero que hayas ido guardando para esa hucha. Así que, disciplínate bien, ¡empezando desde ya!
Etapas en la vida de un ahorrador
Dicho esto, coge lápiz y papel. Apunta tus ingresos y tus gastos para conocer tu capacidad de ahorro (deberías considerarlo como un hábito mensual, poniendo un tope de gasto). A partir de aquí, según el tramo de edad en el que te encuentres y tu estado civil, podrás hacer una planificación financiera para que, cuando llegues a la edad de jubilación, tengas tus necesidades cubiertas. ¿Comprar o alquilar vivienda? ¿Coche nuevo o de segunda mano? ¿Volar en low cost? ¿Alojarse en pisos vacacionales? Son detalles importantes que hacen que tu capacidad de ahorro a final de mes crezca. ¡Empecemos por el final!
Etapa de entre 50-65 años
En esta etapa uno suele tener una situación financiera buena, cómoda, con la deuda hipotecaria prácticamente saldada. Sin hijos dependientes en el hogar… Bueno, casi sin hijos, con lo que las facturas domésticas se reducen de forma considerable. Sin embargo, crecen otros gastos, los relativos a la salud y a los viajes.
“Conoce cómo ahorrar según la etapa de la vida en al que te encuentras…”
Por ello, como se acerca la jubilación, si aún no tienes la cantidad que consideras adecuada (las pensiones públicas suelen cubrir en torno al 30% del último salario), haz un sprint final. Ahora bien, ¡no te entusiasmes y pongas a trabajar tu dinero como nunca! Ya no es el momento de ser agresivo con tus inversiones, sino conservador. Aunque la rentabilidad sea menor, en esta etapa necesitas la tranquilidad que da el hecho de saber que tu dinero está seguro.
Etapa de entre 40-50 años
La estabilidad laboral te ayuda a la hora de tomar decisiones financieras. Y más en una franja de edad en la que el sueldo suele ser más alto. También las probabilidades de que aumenten los imprevistos: gastos educativos, el primer coche de tu hijo… La hipoteca, además, sigue latente y la presión por ahorrar para la jubilación es mayor. Sin embargo, tu edad te permite ser un poco más atrevido y asumir cierto riesgo en tus inversiones, para así sacarles más rentabilidad.
Etapa de entre 30-40 años
Comienzan los verdaderos gastos. Llega el momento de independizarse, solo o acompañado, mediante alquiler o compra. La partida de gastos se va transformando. Viajes, ocio, ropa, gimnasio… esas cosas van desapareciendo con el primer hijo. No estaría de más ir constituyendo un fondo de emergencia. Ahorrar, entonces, se convierte en un desafío, especialmente en una etapa en la que el sueldo no es de los más altos. No obstante, conforme te vayas acercando a los 40, tu situación financiera irá mejorando en paralelo a tu desarrollo profesional.
Etapa de entre 20-30 años
La vida universitaria, las becas para el extranjero, el primer coche, el primer trabajo… Independizarse todavía es una quimera, pero sabes que hay que compartir los gastos en casa. Te han educado para ahorrar y ayudar. Te parecerá todo un reto en tu vida de millennial. Aunque sea una cantidad pequeña, ve apartándola. El día de mañana lo agradecerás.
Etapa de entre 0-18 años
Esta es una edad difícil, ya que hasta la mayoría de edad solemos tener gastos caprichosos y no precisamente baratos. Es clave haber hecho un esfuerzo educativo para que los hijos valoren lo que valen las cosas y lo difícil que es conseguirlas; para que adquieran hábitos de ahorro y sepan administrar su paga. La hucha se transforma en cuenta corriente. ¿Por qué no animarles a que inviertan ese dinero ahorrado y este vaya creciendo?
El asesor financiero: una ayuda extra
Ahora bien, no tomes decisiones sin recibir asesoramiento de un profesional de verdad, no de conocidos o ejemplos de otros que no tienen por qué valerte a ti. Si te pones en manos de un asesor financiero, errar será más difícil.
Así que, cuanto antes pongas tu dinero a trabajar… ¡menos ahorro tendrás que destinar a la jubilación! Y como dice el refrán: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
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