Pregunta inquietante la del título, lo admito. Para responderla, me centraré en uno de los compañeros de la familia que más conozco: los perros. Si el lector espera encontrar en este artículo conocimientos directos explicados por perros, me temo que va a quedar decepcionado mi conocimiento del mundo animal no abarca la comunicación verbal. Sin embargo, en el comportamiento y forma de percibir el mundo, los perros sí que nos pueden dar ideas para enfrentarse con éxito a la inversión y el ahorro personal.
¿Cómo percibe el entorno un perro?
Para poder extraer conclusiones del animal doméstico que comparte nuestro día a día, primero tenemos que entender cómo ve y se comunica con el mundo el Canis lupus familiaris, subespecie, nada más y nada menos, que de los lobos.
La herramienta que tenemos todos los seres vivos de percibir de forma directa nuestro hábitat son nuestros sentidos. Los perros tienen una jerarquía de los sentidos diferente a los humanos, si consideramos la importancia de cada uno de ellos. César Millán, el mediático encantador de perros, considera los sentidos caninos en el siguiente orden:
- Olfato
- Vista
- Oído
- Tacto
Por tanto, al iniciar una comunicación con los cánidos, primero hay que dejarse oler, antes de que empecemos a interaccionar con ellos. Las caricias, siempre al final, nunca como presentación inicial.
Por otro lado, y pese a que se ha demostrado que pueden llegar a entender el significado de más de 100 palabras, la mejor forma de hacernos entender con los perros es el lenguaje corporal. Un estudio de la Universidad Europea de Budapest concluye que los perros pueden responder al contacto visual y a las señales no verbales de los humanos de un modo similar a los niños de dos años.
¿Por qué convivimos con ellos?
Los perros actualmente cumplen la función de mascotas o animales de compañía en el entorno urbano. ¿Es una mera casualidad o capricho?
Que la vida junto a los perros es útil para los humanos lo atestiguan más de 9.000 años de convivencia entre las dos especies. Ayudar en la caza o el pastoreo, o alertar de la presencia de depredadores han sido habilidades animales muy útiles para los humanos. Y en una familia urbana, ¿qué aportan?
Las mascotas disminuyen la ansiedad y la activación del sistema nervioso simpático, ya que producen una focalización de la atención hacia un estímulo externo placentero. El contacto con el animal disminuye las sensaciones de soledad y depresión al proveer de compañía, produciendo un estilo de vida más variado y un incremento de las conductas de interés y cuidado hacia la mascota.
Estudios neurofisiológicos dan apoyo empírico a esta idea mostrando que el contacto positivo entre el dueño y el perro tiene propiedades ansiolíticas para ambos. Por ejemplo, la presión sanguínea del perro y del dueño disminuye después de una interacción positiva y se ha observado en los humanos una reducción significativa de los niveles de cortisol.
Enseñanzas que podemos extraer
Una vez que tenemos claro cómo ven el mundo y por qué viven con nosotros, veamos algunas lecciones que podemos extraer del compañero animal:
1.- Vivir el presente:
Los perros no perciben la línea temporal de la misma forma que nosotros. Viven mucho más en el momento, ya que no tienen concepto teórico del pasado ni del futuro. Curiosamente, no actúan por venganza (ya que el daño pasado que han sufrido no está en su mente para resarcirse) pero su amor incondicional no se les olvida jamás. En finanzas, el pasado nos puede orientar, pero es en el presente en el que debemos estar para invertir. Por ejemplo, todos los fondos de inversión nos alertan de que “rentabilidades pasadas no garantizan beneficios futuros”.
“En finanzas es en el presente donde debemos estar para invertir”
2.- Salud física es salud mental:
Los perros te obligan a andar, tengas ganas o no, haga sol o llueva. El ejercicio físico mejora nuestra salud y estado mental, de tal forma que somos capaces de tomar mejores decisiones en materia de finanzas personales.
Es más, cuando andamos, no gastamos y pensamos mucho, lo que sin duda acaba revirtiendo en nuestra situación económica.
3.- Tomar conciencia de nuestra energía:
Los perros se sienten atraídos por las personas cuya energía trasmite calma y firmeza, dos de las cualidades imprescindibles para manejar el timón de las finanzas.
Saber mantenernos firmes y calmados cuando hay turbulencias en los mercados financieros, obviando la información “ruido” y filtrando los datos verdaderamente relevantes, es la clave para el éxito en lo que hacemos.
“Calma y firmeza, dos de las cualidades imprescindibles para manejar el timón de las finanzas”
4.- Equipo:
Los perros son animales gregarios, que trabajan en equipo cuando conforman su manada. El líder de la manada familiar, si queremos hacer bien las cosas, debe ser el humano. En las finanzas personales, asumir el rol de líder de nuestra vida nos permitirá afrontar los reveses, sin culpabilizar al destino o a otras personas, sino tomando decisiones. Y cuando las cosas nos vayan bien, en lugar de actuar como si todo fuera éxito nuestro, seremos capaces de agradecer el trabajo de los demás agentes de “nuestra manada inversora”.
5.- Fidelidad:
La competencia es buena; la infidelidad no lo suele ser. Los perros son unos animales que se mantienen fieles a los suyos, pase lo que pase. De hecho, su fidelidad es incondicional. Sin llegar a estos extremos, ser fiel al banco o asesor financiero que nos proporciona productos financieros y consejos adecuados construye una relación a largo plazo que compensa no cambiar cuando hay ofertas puntuales de otras empresas.
Cada uno que tome nota de lo que crea útil con relación a las finanzas y nuestros compañeros domésticos. Solo unas palabras para terminar: los perros suponen muchos sacrificios en nuestro día a día; sin embargo, el que aprende a transformar estos sacrificios en oportunidades, acaba ganando mucho más de lo que da.
Pau A. Monserrat, director editorial de iAhorro