A pesar de las vicisitudes económicas y laborales, como buenos ciudadanos europeos seguimos tirando del carro personal y familiar. Día tras día tratamos de equilibrar, como podemos, todos los gastos con ese (poco) dinero que ganamos y que a fin de mes nos llega justito, justito. ¡Pero nosotros jamás perdemos la esperanza! Precisamente porque hemos pasado por muchos procesos, no es de extrañar que inventáramos soluciones ingeniosas extensibles a toda la humanidad. Un buen ejemplo de ello es la famosa frase “Donde comen dos, comen tres”, de Julio César, o el moderno crowdfunding, gracias a Lola Flores y su “Si una peseta me diera cada español…”.
“Estamos hartos de escuchar que nunca conseguimos ahorrar dinero, pero sabemos que no es totalmente cierto, en ocasiones, no nos sabemos planificar”España, ese país que resiste como cierta antigua aldea gala de un renombrado cómic, tiene recursos. ¡Somos los MacGyver del viejo continente! A pesar de que estamos hartos de escuchar eso de que nunca conseguimos ahorrar dinero, en el fondo sabemos que no es totalmente cierto. Lo que ocurre es que, en ocasiones, no nos sabemos planificar. Porque nos encanta compartir, celebrar, vivir… y muchas veces nos dejamos llevar por el entusiasmo. Costearnos nuestros caprichos no es malo si se hace con cabeza.
Lo primero: ordenar nuestras finanzas
Ante una futura compra o gasto, lo prioritario es sentarse y hacer números. Es decir, debe haber un equilibrio entre lo que se gana, lo que se necesita para vivir (alquiler, hipoteca, servicios, etc.) y lo que puede guardarse. Y lo más importante: antes de pedir un crédito, con el cual es probable terminar gravemente endeudados, es mejor marcarse unas metas realistas. Está genial soñar con ir a Cancún de aquí a un año pero… es mejor ir a Gandía que tener que sufrir un embargo de nómina.
El plan de ahorro
Una vez que ya sabemos el dinero estimado que podremos reservar para nosotros, es momento de fijar nuestro propio plan de ahorro. Podemos llevarlo a cabo a través de una entidad o de un asesor financiero que nos ayude a cumplir la idea que deseemos alcanzar, sin caer en la tentación de gastarnos durante el proceso ese dinero que tanto nos cuesta ahorrar. Lo ideal es fijar una cuota, por pequeña que sea, de ingreso periódico. Esta cifra no debe descalabrar nuestros gastos imprescindibles, sino que debe ser asequible, para que cada mes podamos apartarla sin necesitarla.
Un plus a tu plan: rentabilizar el ahorro
“Una vez hayas conseguido darte ese capricho para el que llevas tanto tiempo ahorrando, ¿por qué abandonar este buen hábito?”Si has llegado a la fase 3… ¡enhorabuena! Has tomado las riendas de tu economía personal y estás más cerca de cumplir tus objetivos. Ahora que tus ahorros están a salvo, ¿qué tal si los haces crecer? Si cuentas con la ayuda de un asesor de banca personal, como nuestros Family Bankers, podrás conocer todos aquellos productos que podrían aumentar tu capital sin riesgos.
Moderación con los gastos
Una vez que tu meta haya sido cumplida y hayas conseguido darte ese capricho para el que llevas tanto tiempo ahorrando, ¿por qué abandonar este buen hábito? Trata de no quedarte nunca con la cuenta en números rojos. Es decir, deja siempre una cantidad para imprevistos y no permitas que el subidón de volver a tener dinero te ciegue. Cuesta más empezar de cero que retomar el paso a medio camino.