A pesar de que, actualmente, se perfilan como una de las soluciones de ahorro más populares, los fondos de inversión son productos desconocidos para la gran mayoría de los ahorradores. Muchos siguen prefiriendo opciones más clásicas, como los depósitos, que ya hace mucho que dejaron de ser alternativas rentables.
Pocos saben que los fondos pueden ayudarnos, por ejemplo, a complementar nuestro patrimonio de cara a la jubilación, por ejemplo, o a conseguir una meta financiera a largo plazo. Hoy te desmitificamos estos útiles productos financieros, desmontando las falsas creencias que existen aún sobre ellos.
Falsos mitos sobre los fondos de inversión
1. Son exclusivos para expertos en finanzas
Uno de las ideas preconcebidas más comunes sobre los fondos es que son productos adecuados únicamente para grandes expertos en economía. Aunque todo conocimiento previo siempre es un plus, no es necesario ser un analista de bolsa o un broker experimentado para contratar un fondo. Lo que sí es recomendable es contar con el apoyo de un asesor financiero para no dejarnos llevar por las modas o caer en los sesgos cognitivos que influyen directamente en nuestro proceso de toma de decisiones. Este profesional nos ayudará a conocer nuestro perfil de riesgo y a diseñar un plan de ahorro de largo plazo que incluya los fondos que mejor se adaptan a nuestras necesidades.
2. Solo se puede invertir si se tiene mucho dinero
¡Nada más lejos de la realidad! No es necesario ni tener una gran fortuna desde el inicio ni obliga a ahorrar demasiado dinero para poder destinar parte de él a invertir. De hecho, la mayoría de los fondos de inversión que se encuentran en el mercado no exigen ninguna aportación mínima en el momento de su contratación. Precisamente por eso, desde el inicio de la recuperación económica, ya son casi 10 millones de españoles los que han optado por esta fórmula de inversión.
3. Nadie supervisa la gestión del fondo
Tras el estallido de la crisis, muchos ahorradores vieron que su entidad bancaria no había gestionado de forma correcta su dinero y que habían perdido gran parte de su patrimonio por malas praxis. Ello ha propiciado la desconfianza hacia algunos productos financieros. Es importante saber que los fondos de inversión están controlados y supervisados directamente por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
4. Son propiedad de los bancos
Se da por hecho que los fondos son un producto que no proporciona ninguna seguridad, porque se tiende a creer que son propiedad de los bancos. Todo lo contrario: los fondos son propiedad de los ahorradores que participan en él. De modo que, en caso de quiebra de una entidad, los fondos no se verían perjudicados, al ser productos independientes no vinculados al balance del banco.
5. Te penalizan si retiras el dinero
El propietario que participa en un fondo puede recuperar en efectivo su participación cuando lo necesite, en el momento que sea, vendiéndola. Para facilitar esto y evitar el temido “corralito” en momentos de máxima volatilidad y pánico en los mercados, la normativa internacional sobre fondos exige a las gestoras que mantengan una parte de la cartera en efectivo, para poder pagar en cualquier momento a los partícipes que deseen salir de estos productos.
6. Invertir a largo plazo en un fondo no ofrece tanta rentabilidad
Cuando los inversores principiantes quieren adentrarse en el mundo de la inversión lo hacen pensando en que conseguirán dar un “pelotazo” en poco tiempo, aprovechando las olas de euforia en el corto plazo. Sin embargo, eso, además de arriesgado, hace que no calculen bien el coste de oportunidad, es decir, el que supondría no realizar la inversión.
7. No hay transparencia sobre en qué se invierte mi dinero
Se tiende a pensar que un fondo de inversiones es un “cajón de sastre” en el cual el inversor no tiene ni idea sobre en qué se está invirtiendo su capital. Esa idea es errónea, ya que la CNMV exige una total transparencia a las gestoras. Además, se debe proporcionar al ahorrador que invierte en él un informe detallado con los datos principales del fondo en cuestión, donde se explica minuciosamente la política de inversión. También se debe enviar un informe trimestral en el que exponga en qué ha estado invirtiendo el fondo.
8. Pueden venderme cualquier fondo, aunque no sea idóneo para mí
Gracias a la llegada del MiFID II, que tiene como principal objetivo el incremento de la protección de los ahorradores e inversores, actualmente se exige una transparencia total para la contratación de este tipo de productos financieros. Por esto, el cliente sabrá en todo momento la naturaleza del fondo contratado, así como los costes asociados. Sin duda, para obtener una mejor personalización en la contratación de un fondo, siempre es posible contar con el apoyo de un profesional de las finanzas personales, como el Family Banker, el cual podrá valorar el perfil de cada ahorrador para ofrecerle las soluciones que verdaderamente necesita a la hora de alcanzar sus metas.
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