Junio de 2025. Esta fecha quedará marcada para siempre por los ataques de Estados Unidos e Israel contra Irán. El ‘penúltimo’ episodio que agita la crisis en Oriente Próximo y desata consecuencias humanas y geopolíticas incalculables a nivel global. Y en el plano financiero… ¿cómo afectará a la volatilidad de los mercados financieros mundiales? Estados Unidos e Israel vs Irán. ¿Esta vez será diferente?
Como decía Peter Lynch: “El mercado de valores es como una montaña rusa. Si no puedes soportar las subidas y bajadas, no deberías montarte”. La volatilidad de los mercados es aún más pronunciada cuando los conflictos globales aumentan, como es el caso de las crisis geopolíticas, y los inversores se enfrentan a la incertidumbre de cómo invertir en tiempos de guerra. O como señalaba Warren Buffett: “El mercado es una máquina de votar a corto plazo y una balanza a largo plazo”.
De la volatilidad de los mercados a las recuperaciones en forma de V
Más allá de las causas, estas son metáforas de gurús de la inversión que ejemplifican la naturaleza volátil de los mercados bursátiles, en los cuales las continuas oscilaciones al alza y a la baja en el corto plazo son parte del camino que, sin ignorar los riesgos de cualquier inversión, podría tener su recompensa a largo plazo teniendo en cuenta el riesgo de pérdida de capital.
Fluctuaciones que recuerdan a los dientes de sierra de los gráficos de bolsa, como el MSCI World Index, uno de los índices de referencia que aglutina a más de 1.600 empresas de las 24 economías más desarrolladas del mundo. El índice se expresa normalmente en dólares estadounidenses, aunque también publica sus resultados en otras monedas (como el euro y otras divisas) y, por lo tanto, puede estar sujeto a posibles fluctuaciones monetarias.
Hagamos un recorrido por los últimos diez años, deteniéndonos en abruptas caídas —a menudo, alimentadas por crisis como la de Israel e Irán—, y veremos cómo el factor tiempo actúa en lo que en el argot se conoce como recuperaciones en forma de V.
2015: ‘Crash’ de China
Empezamos el recorrido en China. La desaceleración del crecimiento chino y la pérdida de confianza en la capacidad del Gobierno para estabilizar los mercados generaron temores de contagio global. En menos de un mes, la bolsa de Shanghái se desplomó más de un 30% y el Banco Popular de China devaluó el yuan un 2%, lo que desencadenó ventas masivas en las bolsas. En ese verano, el MSCI World se dejó en el camino un 10% de su valor desde su pico más alto, que casi se recuperó en otoño, aunque finalmente el ejercicio cerró en tablas.
2016: El cisne negro del ‘Brexit’
Pese a que no hubo una holgada mayoría, lo cierto es que, contra todo pronóstico, el Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea. La reacción negativa no se hizo esperar, si bien las pérdidas en el índice no llegaron a los dobles dígitos y este pronto retomó su senda alcista tras superar la incertidumbre por la desaceleración del gigante asiático. Una senda que el triunfo de Donald Trump no desvió en aquel momento.
2018: Corrección global y miedo a la guerra comercial
La tendencia positiva que continuó a lo largo de 2017 solo se alargó hasta enero. Tras un espectacular arranque, las bolsas se dieron la vuelta y se inició una fuerte corrección que hizo caer de nuevo al MSCI World en niveles del 10% por los temores a una guerra comercial entre EE. UU. y China, con la imposición de aranceles y represalias. Se quedó en un susto del primer trimestre hasta que, en el último, el selectivo se dejó un 15%, penalizado también por la subida de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed), que generó miedo a un endurecimiento monetario más rápido de lo previsto.
2020: La pandemia y el mayor desplome en décadas
Aunque con algún marcado vaivén, la formidable subida del índice a lo largo de 2019 (cerca de un 30%) por una relajación de la política monetaria de Estados Unidos y los progresos en las negociaciones comerciales llegó a su fin con la irrupción del covid-19. Un terremoto bursátil que, entre febrero y marzo de 2020, provocó una caída vertical del MSCI, que le llevó a perder lo ganado un año antes. El mundo entero se detuvo, las economías se paralizaron y el miedo se apoderó de los inversores.
Pero las políticas fiscales y monetarias para enderezar la situación provocaron un rebote igual de sorprendente y, a final de año, el índice no solo había recuperado lo perdido, sino que cerró en positivo, con unas subidas cercanas al 15%. Un rendimiento que pudieron obtener quienes supieron mantener la calma e incluso vieron la oportunidad para invertir a mejores precios.
2021: El rebote de la reapertura
Tras el shock de la pandemia, 2021 fue el año de la recuperación económica y financiera. La reapertura de las economías, el avance de la vacunación y los enormes estímulos fiscales y monetarios impulsaron a los mercados con fuerza. El MSCI World cerró con subidas superiores al 20%, lo que reflejaba la confianza en una vuelta progresiva a la normalidad. Un capítulo para la historia en el que el mercado repunta más rápido de lo esperado tras tocar fondo. Quienes mantuvieron sus inversiones tras la caída del covid o entraron en el momento de mayor miedo lograron recoger los frutos en unos meses.
2022: Inflación, tipos y guerra: año aciago en los mercados
Después de la remontada bursátil postpandemia, 2022 trajo una tormenta perfecta: inflación disparada tras los desconfinamientos, subidas agresivas de tipos de interés para contenerla y el estallido del devastador conflicto en Ucrania, que, en lo económico, trajo más subidas de precios. Las consecuencias fueron desplomes generalizados que dieron como resultado uno de los peores años para los mercados desde la crisis financiera de 2008. El MSCI World perdió lo que había ganado el año anterior.
2023: Reconstrucción tras el año negro
Aunque el año comenzó con mucho escepticismo, que reafirmaba la lógica de los ciclos de mercado, la recuperación comenzó y no encontró techo durante ese año. El mercado volvió a sorprender. La resiliencia del consumo, la recuperación de la confianza empresarial, la estabilización de los precios energéticos y una inflación más controlada cambiaron las expectativas. El MSCI World volvió a terreno positivo con una recuperación sólida de lo perdido. Los que salieron del mercado el año anterior se perdieron el rebote. Y es que el mercado anticipa. Cuando la narrativa es aún negativa, la recuperación ya puede estar en marcha. Por eso es tan importante estar y mantenerse invertido cuando tenemos un objetivo de largo plazo.
2024: Continúa la recuperación, pero con volatilidad intensa
Contra todo pronóstico, y demostrando la naturaleza imprevisible de los mercados, la remontada bursátil se prolongó durante ese año marcado por una fuerte volatilidad a causa de la incertidumbre en torno a los tipos de interés, resultados electorales (entre ellos, las elecciones en Estados Unidos), temores de recesión en Europa y desaceleración en China. Unas significativas recuperaciones siguieron a las bruscas caídas y el índice terminó de nuevo con alzas de alrededor del 20%.
2025: ¿Otro año de sustos en bolsa?
A mediados de esta década en la que nos encontramos, los vaivenes de la política de aranceles de Donald Trump están marcando un año que dibuja profundos dientes de sierra. En abril, el anuncio de subidas de aranceles a casi todo el planeta provocó que el MSCI World llegara a perder más de un 10% en siete días (desde el 1 de abril), terreno negativo que casi recuperó la semana siguiente.
Un par de datos más antes de terminar. En esta década, estos dientes de sierra dibujados por caídas abruptas y rebotes sorprendentes reflejan una rentabilidad acumulada del MSCI World del 123% (entre el 9 de junio de 2015 y de 2025) y para quienes aprovechasen las caídas de la pandemia para entrar en el mercado ese mismo día, los resultados habrían sido del 144%%, más del doble en ambos casos.
Lecciones clave sobre las fluctuaciones del mercado y la paciencia en las inversiones a largo plazo
El mes de junio de 2025 quedará marcado en la historia por los ataques de Israel y Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán con el objetivo de impedir que este país consiga armas atómicas. El tiempo dirá qué consecuencias y duración tiene esto en los mercados.
Veremos cómo evoluciona todo, pero este recorrido histórico por el índice nos deja una moraleja clara: en el camino hacia la evolución de los mercados en el largo plazo los retrocesos son inevitables en el corto plazo. No se trata de evitarlos, sino de estar preparado para atravesarlos sin perder el rumbo hacia largo plazo. El tiempo y la paciencia son los mejores aliados.