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Contratar una cuenta corriente es, aunque no solamos darle la importancia que tiene, la primera decisión financiera que toma un cliente en su relación con el banco. Para empezar bien una relación bancaria debes buscar entidades que te premien por ser un buen cliente, no que te traten como un cliente más.

La cuenta corriente es el contrato marco en el que se encuentran el resto de productos financieros: un préstamo hipotecario para pagar las mensualidades, un contrato de valores para contratar acciones y cobrar dividendos o un fondo de inversiones para comprar y vender participaciones. Para simplificar, el banco se obliga a llevar la contabilidad y proceder a abonar y adeudar operaciones, además de ofrecer el servicio de caja: aceptar que ingresemos y saquemos dinero en la cuenta.

Este contrato es un compromiso con el banco en el que se pueden añadir multitud de obligaciones y derechos, como los intereses por el dinero a la vista, comisiones y otras características de la cuenta. Por eso, aunque la mayoría de clientes firme sin preguntar, es muy importante leer el contrato detenidamente para conocer todos los detalles.

Las cuentas que ofrecen los diferentes bancos dicen mucho, o casi todo, de ellos mismos. Según lo que nos ofrecen y piden en una cuenta, se puede saber cómo es la entidad financiera y qué tipo de cliente busca. Repasemos los puntos cruciales a tener en cuenta y su relación con el banco:

Las comisiones, ese compañero desagradable.

Un banco que cobra muchas comisiones envía un mensaje poco agradable: tener el dinero conmigo supone pagar.

En nuestro país no hay limitaciones al tipo de comisiones que una entidad financiera nos puede cobrar. La única condición es que se correspondan a un servicio realmente dado o a un coste asumido por el banco. Esta libertad provoca que existan comisiones de todos los colores en las cuentas corrientes y productos asociados.

Es habitual que nos quiten algunos costes si nos vinculamos con la entidad, domiciliando nuestra nómina o los recibos más habituales, contratando productos de ahorro, seguros o manteniendo importantes sumas de dinero a la vista. Este mensaje es menos desagradable y, en cierta medida, lógico: si quieres tener ventajas, quiero que seas un cliente que trabaje conmigo y no que solo tengas una cuenta abierta. Debemos saber que la apertura de una cuenta en una entidad genera costes al banco: el tiempo del empleado en explicar y hacernos firmar el contrato y las obligaciones de control, gestión administrativa y desarrollo de la propia plataforma de banca online que usa la entidad.

Pese a que sean legales, también existen algunas comisiones especialmente molestas y difíciles de aceptar por un cliente informado: que nos cobren por sacar dinero en una oficina, pedir un extracto o tener domiciliado recibos aleja a los clientes. El banco tampoco debería cobrar comisiones de mantenimiento y demás, retrocediéndolas solo si el cliente va a protestar a la oficina. Muchas veces los clientes listos no van a protestar y se cambian de banco sin decir nada.

¿Pago o me pagan por mi dinero?

En relación a las comisiones, que suponen pagar por trabajar con un banco, están los intereses y las retribuciones en especie o mal llamadas regalos.

Una cuenta corriente interesante no nos hace pagar por tener nuestro dinero depositado y una mejor nos paga por ello. Entre las formas de compensarnos por tener nuestro dinero a la vista, destacan:

  • Pago de intereses por el saldo en cuenta
    En otras palabras, nos pagan por tener el dinero en la cuenta. Lo ideal es que el interés se aplique a partir del primer euro. Este tipo de cuentas se conoce como cuentas remuneradas y para analizarlas y compararlas hay que tener en cuenta el interés TAE ofrecido en el periodo promocional (más alto y que dura unos meses) y el tipo que nos retribuirán a partir de este plazo. De poco sirve un interés muy alto unos meses si después la remuneración es baja o desaparece. Tampoco hay que olvidar que la inflación nos hace perder dinero por el mero paso del tiempo. Las cuentas y depósitos ofrecen en estos momentos intereses bajos, por lo que es importante aprender a valorar otros tipos de inversiones alternativas para diversificar el ahorro, como los fondos de inversión. El cliente adopta una cultura financiera adecuada descubre que hay muchas alternativas rentables al tradicional depósito o cuenta.
  • Devolución de un porcentaje de determinados recibos domiciliados
    Normalmente los de tipo doméstico. Es una ventaja que algunos bancos ofrecen a los que también domicilian la nómina, conocidas como cuentas nómina. El banco premia a los clientes cuyo día a día se paga por el banco. Son unos pocos euros al mes que nos dan una alegría al revisar nuestro extracto.
  • Programa de puntos canjeables por regalos
    Algunas entidades nos premian con puntos, que podemos utilizar para obtener regalos a elegir de un determinado catálogo. Algunos nos premian por domiciliar nuestros recibos o nómina, presentar nuevos clientes, las compras a crédito con la tarjeta… Hay que valorar los regalos que podemos obtener y los puntos necesarios para cada cosa.
  • Los regalos
    Desde vajillas a televisores de plasma que nos dan a cambio de abrir nuestra cuenta en la entidad. El truco es que, para no pagar el supuesto regalo, nos obligan a una permanencia que puede superar el año. Este bien tributa en el IRPF como ingresos del capital mobiliario en especie. La entrega de un bien a cambio de una permanencia no es algo malo, pero sería más interesante recibir el dinero para poder hacer la compra que condicionarnos.

Otras ventajas a tener en cuenta

Cada banco y cliente son diferentes, por eso pueden existen características específicas en los contratos de cuenta. En ocasiones algunos aspectos se negocian con cada cliente, como la comisión por ingreso de cheque, no pagar por la emisión de tarjetas de débito y crédito o algunas transferencias o recibir gratuitamente un talonario de cheques. El banco que facilita la contratación de medios de pago sin coste desea que trabajemos con él y no seamos un cliente inactivo.

También existe la posibilidad de sacar dinero a débito sin coste de los cajeros de otras entidades, sobre todo en estos momentos en que cada vez hay menos sucursales a pie de calle. Hay bancos que incluso no nos cobran por sacar dinero de cajeros de otros países, algo muy importante si solemos viajar con frecuencia.

La plataforma tecnológica para operaciones online también es un factor muy importante, junto al buen uso de las redes sociales y otras herramientas de comunicación. Esto nos demuestra que estamos ante una firma que aprecia e invierte en tecnología y servicio al cliente.

Pau A. Monserrat, director editorial de iAhorro.com

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