En estos momentos de incertidumbre, cada uno intenta aportar lo mejor de sí desde lo que mejor sabe hacer. En el caso de un asesor financiero, apoyando y ayudando a los demás a entender lo que está pasando en el ámbito de las finanzas y la economía. El temor ante la gravedad de una pandemia que se ha cobrado muchas vidas ha dado paso a un escenario económico en continuo cambio.
Ahí cobra más sentido que nunca la figura de tu Family Banker en su labor de acompañamiento. Porque contribuye a la calma y arroja luz en materia financiera, siempre necesaria, y mucho más en estos tiempos del Covid-19. Una actividad intensa pero apasionante, como cuentan en primera persona Ricard, José, Charo y Rodrigo, cuatro asesores financieros de Banco Mediolanum.
Acortando distancias
¿Cómo estás, todos bien en casa? La tecnología ha eliminado las distancias físicas. Su fuerza ha permitido tanto a estos cuatro asesores como al resto de Family Bankers —los asesores financieros de Banco Mediolanum— estar más cerca de la gente durante el confinamiento. En primer lugar, para eso, para interesarse de primera mano por la situación, tanto de salud como financiera y laboral de sus clientes. Y luego, para lanzar mensajes de tranquilidad: crisis ha habido muchas y las seguirá habiendo y, aunque duren más o menos, al final las aguas se calman. Así ha sido en otras ocasiones y así será esta vez.
“¿Todos bien en casa? La tecnología ha eliminado las distancias físicas y ha permitido a los asesores financieros estar más cerca de la gente”
Estar al lado del cliente no es un eslogan
Una tranquilidad que, como apunta Ricard Ferrando —Family Banker en Barcelona—, se transmite mejor cuando hay complicidad: “Estar al lado del cliente parece un eslogan, pero es real. Mucha gente ha agradecido que, aunque no fuesen clientes, les haya llamado para explicarles cómo está la situación”.
Y es que la misión de un Family Banker en estos tiempos no se limita a los clientes sino que se extiende a muchas personas que se acercan buscando información e, incluso, asesoramiento. Algo que se repite durante estos días. “Partimos con ventaja, pues sabemos teletrabajar”, cuenta José Furió, Family Banker en Alzira y Valencia. “Y en estos momentos la gente comprende mucho mejor nuestro modelo” de asesoramiento personalizado.
La tranquilidad del cliente informado
Si algo han descubierto estos cuatro profesionales de Banco Mediolanum es que su labor pedagógica ha cuajado. “Refuerzas el mensaje de tener una estrategia frente al riesgo y las bondades de la diversificación”, argumenta Rodrigo Pellicer, asesor financiero en Barcelona. “Sólo unos pocos clientes me han llamado preocupados, pero no tanto por los mercados, sino por su situación laboral o sus hipotecas. He comparado con ellos datos de momentos pasados para tranquilizarles sobre el futuro”.
“De mis clientes, tan solo un 10-15% me ha llamado preocupados”, remarca Ferrando. Es la demostración de que la educación financiera —unida a una planificación sólida de sus ahorros e inversiones— es el mejor antídoto contra la incertidumbre.
“Estar al lado del cliente parece un eslogan, pero es real. En estos momentos la gente comprende mucho mejor nuestro modelo de asesoramiento personalizado”
Los frutos de la planificación
Esa pedagogía ha facilitado el tercer mensaje que han transmitido en estos días: la conveniencia de impulsar las inversiones financieras a largo plazo. Un mensaje que cala en los clientes con mayor cultura financiera y se refuerza —en estos días de confinamiento—con todo tipo de material, desde emisiones en directo a vídeos explicativos, como apunta Pellicer.
“Los nuevos clientes han entendido bien la diferencia de estar en un banco de asesoramiento; a los más veteranos les he llamado para infundirles tranquilidad y he enviado a mucha gente noticias esperanzadoras que no están relacionadas con la inversión”, apunta Charo García, Family Banker en Sevilla.
Gestión de la volatilidad
Una pedagogía previa y un refuerzo de información del banco que han llevado incluso a muchos clientes a tomar la iniciativa con una postura proactiva en estos momentos de caídas, facilitando la labor de los Family Bankers. En algunos casos “he tenido que pedir paciencia pero, en conjunto, he aconsejado el buen momento para generar rentabilidad de ciertos fondos aparcados”, asegura Furió.
Una idea en la que incide Rodrigo Pellicer, que apunta que gracias a una labor previa han podido afrontar más fácilmente estos momentos de crisis. “Como siempre explicamos, en nuestra estrategia de inversión se generan oportunidades de mercado. Una pedagogía que ha cuajado, pues la mayoría de mis clientes no estaban preocupados, sino al revés. Y en eso también han ayudado mucho las iniciativas del banco que explican la situación”.
Coincidencias que, seguro, se extienden a los centenares de asesores que durante estos días se han esforzado por ayudar a clientes y ajenos. Una misión que los cuatro reconocen cansada, pues les ha supuesto mucho esfuerzo, pero también gratificante. La sevillana Charo García lo resume así: “Me gusta saber que estoy ayudando a la gente y comprobar cómo mejora la situación de mis clientes”.
Nadie olvidará estos días. Y quien ha contado con su asesor financiero lo recordará. Descolgar el teléfono y escuchar al otro lado a Ricard, José, Charo o Rodrigo. ¿Estáis todos bien?
Mi satisfacción es absoluta con mi Family Banker Ricard Ferrando, en los días de incertidumbre a estado asesorándome, a sido muy gratificante escucharlo, muchas gracias…