Los comienzos de cada año son un momento ideal para resetearnos y pensar en qué queremos mejorar durante los próximos doce meses. ¿Qué propósitos financieros podemos emprender en 2024? Aquí van unas ideas:
Primer propósito: cultura financiera y los tipos de interés
El primer propósito de este año puede ser entender mejor los conceptos financieros y cómo impactan, por ejemplo, los cambios en los tipos de interés en nuestra planificación financiera de ahorro e inversión. Porque veamos: tras las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, ahora cabe preguntarse qué podría significar unas eventuales bajadas en nuestra planificación financiera.
Segundo propósito: gestión de las emociones
El segundo propósito financiero interesante para este año debería ser comprender mejor cómo nos afecta emocionalmente el llamado ‘ruido externo’: los eventos geopolíticos, la evolución del precio de la vivienda, etc. Una buena planificación y estrategia financieras y, especialmente, el acompañamiento de un profesional de las finanzas debería ayudarnos a canalizar mucho mejor nuestras emociones, sobre todo si se presentan escenarios inciertos.
Tercer propósito: aprender la fórmula del ahorro
El tercer propósito financiero para 2024 pasa por intentar aplicar la fórmula ingresos menos gastos igual a ahorro. Esto nos permitirá controlar los gastos y poner rumbo a los objetivos financieros a corto plazo. Pueden ser metas alcanzables, como ahorrar lo suficiente para financiar un viaje especial, decorar o hacer obras en casa o comprar una plaza de garaje cerca de nuestra vivienda. Y lo más interesante es que este pequeño ejercicio puede ser el primer paso hacia una planificación con objetivos financieros en un plazo cada vez más largo y que sean más determinantes para nuestras vidas.
“Uno de los propósitos es contar con una planificación que tenga en cuenta los momentos, las oscilaciones y la volatilidad propios de los mercados financieros”
Cuarto propósito: control de los imprevistos
El cuarto propósito para 2024 tiene que ver mucho con el anterior. Supongamos que el año pasado ya navegamos las dificultades y descubrimos que podemos planificar y anticiparlas con vistas a la consecución de objetivos financieros a corto plazo. Bueno, pues ha llegado el momento de pasar al siguiente nivel: evitar la procrastinación y planificar a largo plazo, invirtiendo mientras pensamos, por ejemplo, en la financiación de los estudios superiores de los hijos, la ayuda que nos gustaría brindarles para su independencia o la tranquilidad y el merecido bienestar de los que queremos disfrutar en nuestra futura jubilación.
Evidentemente, esta planificación llevará más tiempo y requiere, por lo general, la ayuda de un asesor financiero que nos acompañe en el proceso. Hay que diseñar una buena estrategia a largo plazo —que contemple los productos de inversión y ahorro adecuados—, con revisiones y ajustes periódicos, y mantenerse atentos a los movimientos de los mercados.
Quinto propósito: poner un asesor financiero en nuestra vida
En este sentido, el quinto propósito para este año puede ser, en consecuencia, tener al lado a un buen asesor financiero que merezca nuestra confianza y diseñar una buena estrategia con él para que empiece a acompañarnos.
Sexto propósito: invertir a largo plazo
El sexto propósito de 2024 estaría relacionado con las inversiones de objetivos a largo plazo mediante la diversificación en distintos países, sectores, divisas e instrumentos de inversión.
“Una meta del año es tener al lado a un asesor financiero que merezca nuestra confianza y diseñar una buena estrategia con él para que empiece a acompañarnos”
Aquí, de nuevo, lo más práctico es contar con un asesor financiero de nuestra confianza que nos ayude a alinear nuestros objetivos financieros con nuestro perfil de riesgo. Después, deberemos ver qué parte de nuestro patrimonio queremos y podemos dedicar a invertir a medio y largo plazo y qué porción de esa cantidad vamos a destinar a soluciones que contemplan ese horizonte temporal.
Séptimo propósito: ser conscientes de la volatilidad del mercado
Finalmente, otro propósito para 2024, en este caso para inversores con experiencia o que cuenten con un buen asesoramiento profesional, que desarrolle una planificación que tenga en cuenta los momentos, las oscilaciones y la volatilidad propios de los mercados financieros.
Y con este son siete los propósitos que, como se ve, hemos dirigido a perfiles muy distintos de ahorradores e inversores. Y lo hemos hecho así porque no existen, afortunadamente, los trajes financieros de talla única. Cada familia es diferente y tiene sus propias capacidades y objetivos… y hasta los distintos miembros de una familia suelen buscar metas diversas. Por eso, precisamente, es tan importante contar con una cultura financiera cada vez más avanzada y con un asesor profesional que nos acompañe. ¿Quién quiere conformarse con un traje de talla única cuando puede elegir entre tantas posibilidades interesantes?