¿Qué sería de nosotros sin retos por delante y sueños por cumplir? En cada etapa de nuestra vida, proyectamos metas que nos impulsan y, al mismo tiempo, nos empujan a tomar decisiones importantes. Ahora bien, esos objetivos se pueden planificar para anticiparnos a sus consecuencias económicas. Lo que llamamos el ciclo financiero de la vida.
Sin lugar a dudas, una boda es uno de esos proyectos vitales que marca nuestra biografía. Y, aunque el amor mutuo es la base de un matrimonio, también lo es la solvencia en común, muy necesaria para poder afrontar juntos el mañana. ¿Estás a las puertas de decir “sí, quiero”? ¡Conoce algunas cuestiones financieras que deberías revisar antes de casarte!
La economía familiar: un pilar básico del matrimonio
El matrimonio es un paso más en la etapa de madurez de cualquier persona. Porque llega un momento en el que nos apetece estabilizarnos y deseamos mirar más allá del presente, por lo que comenzamos a preocuparnos por nuestra vida a lo largo de los años. ¿Cómo vamos a mantener este proyecto en común?
Por ello se hace necesario hacer un ejercicio de reflexión que nos lleve a analizar todas las cuestiones financieras que pueden afectar a la economía de la pareja y, a partir de este momento, familiar: firma de una hipoteca, nacimiento de los hijos, proyectos profesionales de futuro, etc. ¿Y por qué? ¡Pues porque ahora serán dos personas las que deban tirar del carro! Aquí ya no hay lugar para los individualismos. A partir de ahora las decisiones se toman de manera consensuada.
La boda: primer desafío económico de la pareja
El primer evento difícil al que la pareja debe hacer frente es su propia boda. ¿Parece imposible, ¿verdad? Bajo un punto de vista romántico, ¿quién no desea la boda de sus sueños? ¿Cómo va a deteriorar una relación la organización de una boda? Pues si lo analizamos objetivamente… el tema económico de un enlace es uno de los hándicaps que más ponen a prueba a la pareja antes de haber firmado el acta matrimonial.
Precisamente porque, a posteriori del gran día, el dinero es una de las mayores causas de divorcio, no está de más repasar algunas cuestiones para que el matrimonio pueda prosperar con éxito. Estas son los diez elementos financieros que deben tenerse en cuenta antes de la boda:
1. ¿Con cuánto presupuesto cuenta la pareja?
Ha llegado la hora de sumar las aportaciones de cada miembro. No es momento de guardarse ningún as en la manga. La sinceridad en este momento es crucial para mantener la confianza.
2. ¿Existe alguna deuda?
De nuevo, hay que ser honestos y poner sobre la mesa cuestiones importantes que pueden influir en la solvencia en común, como préstamos personales, letras del coche, etc.
3. ¿Con qué dinero se podrá contar mes a mes?
Deberíamos saber con antelación una estimación de ingresos (inmediatos y a largo plazo) para poder cotejarlos con los gastos habituales que habrá que sufragar.
4. ¿Qué presupuesto se podrá destinar al ahorro?
En este punto conviene hacer una lista y coger la calculadora. En definitiva, tras los cálculos debemos comprobar si podemos destinar un tercio de nuestros ingresos mensuales para el ahorro, tras restarles los gastos.
5. ¿Será posible llevar el mismo ritmo de vida que estando solteros?
Comprobemos si podemos darnos algún capricho de vez en cuando o debemos comenzar nuestra vida en común apretándonos el cinturón. ¡Es mejor empezar siendo realistas que pagar las consecuencias del derroche!
6. ¿Se podrán usar las tarjetas de crédito para los gastos superfluos?
Hay que decidir si a corto o medio plazo se podrán utilizar tarjetas de crédito para aplazar compras o solo para casos de necesidad. Este acuerdo deberán cumplirlo ambos miembros de la pareja.
7. ¿Es mejor una cuenta común o seguir usando cada uno la suya?
Tener una cuenta compartida por ambos cónyuges siempre es la mejor opción y la más cómoda para poder llevar las cuentas claras y empezar a ahorrar. De igual forma, es lícito que cualquiera de los contrayentes desee tener ahorros en su cuenta personal, pero siempre teniendo presente que lo hará con su propio capital.
8. ¿Unir los ahorros de ambos dará problemas en el futuro?
En la pareja siempre hay un miembro que toma más decisiones que el otro. En esto no hay problema, siempre y cuando haya comunicación previa de las mismas y pueda existir un consenso. Para cuestiones financieras, lo mejor es contar con la ayuda de un asesor que nos conozca para poder tomar las decisiones en función de nuestras metas y necesidades.
9. ¿Es posible combinar los patrimonios físicos de cada cónyuge?
En este punto habrá que debatir qué se va a hacer con el patrimonio, y las inherentes cargas que conlleva, que aportará cada miembro de la pareja. Debería decidirse si se va a vender una parte y qué se va a mantener.
10. ¿Se desea tener hijos?
Este hecho va a condicionar nuestra manera de planificar los ahorros en pareja, porque tener un bebé supone también, aparte de toda una alegría, ser conscientes de que habrá que mantener de forma estable un colchón de dinero para cubrir sus necesidades, sobre todo durante la infancia.
En conclusión, casarse supone hacer una buena planificación de nuestro ahorro, para evitar imprevistos que pongan en riesgo la estabilidad económica futura. Por eso, es aconsejable contar con la experiencia de un profesional del asesoramiento financiero que nos ayude a analizar nuestras necesidades actuales y, sobre todo, las que aparecerán a largo plazo. ¡No postergues más el momento de comenzar a asegurar tu mañana!