Siglas

Hace unos días veía en familia el telediario en el que anunciaron la rebaja de las previsiones del PIB de Alemania. Mi hija comentó entonces el poco interés de la noticia y mi primera reacción fue de indignación: llevo 25 años escribiendo sobre economía y mi hija no es capaz de comprender la gravedad de la noticia. Sí, gravedad para nuestros bolsillos.

“Pretendo explicar qué hay detrás de estas cuatro siglas: PIB, IPC, EPA y BCE”

Así que a través de este post pretendo enmendar mi fallo explicando qué hay detrás de estas cuatro siglas contra las que estamos inmunizados: PIB, IPC, EPA y BCE.

-PIB (Producto Interior Bruto). Este indicador refleja la suma del trabajo de todas las personas activas de un país: el funcionario, el albañil, el empresario… Todas (la UE ha exigido que también se incluya la prostitución y el tráfico de drogas). Cuando el PIB crece, todo va bien: aumenta el conjunto de salarios y se genera más riqueza en el país. Por contra, cuando el ritmo de crecimiento se reduce, se enciende una peligrosa mecha que acaba con consecuencias como la necesidad de hacer recortes en algunas empresas.

Las personas desempleadas compran menos y otras empresas, que reducen ventas, despiden a nuevos trabajadores.

Es una espiral difícil de romper, pues este nuevo grupo de desempleados dejan de pagar impuestos (IRPF o IVA) y, además, cobran el paro. Esto se traduce en una reducción de ingresos del Estado y un aumento de los gastos del Gobierno, que reacciona con los temidos recortes. Y con ellos se genera más pérdida de empleos, pues la Administración cancela contratos con cientos de empresas, que se ven abocadas a reestructurar plantillas. Así pues, cuando se diga en la tele que el PIB baja (aunque sea en Alemania), vigilad vuestra cartera.

-IPC (Índice de Precios al Consumo). ¿Cuántas veces hemos oído: “antes con 50 euros hacía la compra y ahora no me dan para nada”? Esa variación del valor de la moneda es la inflación. Y este fenómeno lo mide el IPC.

Un ejemplo: si una barra de pan cuesta 1 euro, con 30 euros comeremos pan todo el mes. Pero si la barra sube un 1%, es decir, pasa a costar 1,01 euros, esos 30 euros solo darán para comprar 29 barras. Conclusión: un día de ayuno.

La subida de los precios conlleva la pérdida del valor de nuestro dinero. Además, el IPC no sólo mide la subida de precios (inflación), sino también la bajada (deflación). Hace unos años sólo nos preocupaba la primera, pero ahora también la segunda. Puede parecer que cuanto más baratas estén las cosas, mejor para todos. Sin embargo, cuando los precios bajan de forma general y continuada, los consumidores paralizan las compras y esperan a que los precios desciendan aún más. Esto acarrea una disminución de ventas para las empresas, que empezarán a despedir empleados. Y volvemos a la espiral malvada. Un truco fácil es saber que el IPC ideal supone una subida moderada de precios entre el 1% y el 2% cada año. Así, todos contentos.

-EPA (Encuesta de Población Activa). Como su nombre indica, se trata de una encuesta y, por tanto, no mide números absolutos. La EPA la realiza cada 3 meses el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sus encuestadores preguntan en unos 20.000 hogares cuántos parados hay en esa casa, si el padre de familia está en paro o si todos los miembros están sin trabajo, entre otras cuestiones. Si la EPA detecta que aumenta el número de parados, no es sólo preocupante para los afectados, sino que también ¾y lo es mucho¾ para la economía en su conjunto. Pues los desempleados reducen su consumo y pagan menos impuestos. ¿Os suena?

-BCE (Banco Central Europeo). Es la institución comunitaria encargada de velar por nuestro dinero. Vamos, el cuidador del euro. Si algún banco quiere dinero se lo debe pedir al BCE, que se lo prestará con un tipo de interés conocido como tipo de cambio oficial, el cual actualmente está en el 0,05%. ¿Por qué está tan bajo? Si a los bancos les cuesta poco el dinero, pedirán mucho para prestarlo, a su vez, a empresas y ciudadanos europeos a un tipo más elevado que el “oficial” y obtendrán así un beneficio. En esto consiste el negocio bancario.

“La economía en mayúsculas no nos es ajena”

Sin embargo, en estos días las entidades financieras son muy prudentes con los préstamos que conceden. Ante esta actitud de los bancos, al BCE le compete hacer todo lo que está en sus manos para conseguir que el dinero fluya hacia la sociedad evitando que la economía se detenga. De ahí su importancia.

Espero haber sido capaz de transmitiros una idea básica: la economía en mayúsculas no nos es ajena, lo dice el refranero con lo de “las vacas flacas y las vacas gordas”. Por eso, conviene que nuestro dinero paste vigilado por un pastor que sepa cuándo y dónde crecerá la hierba. Y en banca al buen pastor se le llama asesor financiero.

Juan Ferrari San Juan

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