Qué es la diversificación de la inversión

 
Seguramente en más de un momento de nuestra vida nos hemos planteado, o nos plantearemos, qué hacer con nuestro dinero. Y, probablemente, en más de una ocasión habremos oído algunas frases de este estilo:

“Diversificar es el camino para reducir el riesgo de la inversión”.

“Diversificar significa no poner todos los huevos en la misma cesta”.

Muy bien, pero ¿qué es exactamente diversificar?

¿Cómo entender y saber qué es diversificar en inversiones? Un ejemplo práctico

Imaginemos que queremos invertir (10.000, 20.000, 200.000 euros o un millón, lo que disponga cada uno) y decidimos destinarlo todo a acciones de una sola empresa. ¿Qué pasaría si la cotización de esa compañía baja o directamente se desploma? La respuesta parece lógica. El valor de nuestra inversión también de hundiría. 

En cambio, si repartimos esa inversión (esos 10.000, 20.000, 200.000 euros o un millón) entre distintos instrumentos el resultado dependerá del promedio del rendimiento de todos ellos. De esta manera se compensan las ganancias de unos instrumentos y las pérdidas de otros. 

“Diversificar nuestras inversiones, además de impulsar los resultados, debe ayudarnos a blindarnos ante el riesgo.”

Qué debemos entender cuando vayamos a diversificar la inversión

Para no llegar a extremos, es mucho más recomendable invertir en el mayor número posible de empresas. También en el máximo número de países y sectores de la economía, así como en distintos instrumentos financieros para compensar las ganancias y pérdidas de cada opción.

La diversificación de la inversión consiste en eso, en distribuir el capital en activos e instrumentos de diferentes características para repartir y compensar de forma global los riesgos que puede conllevar cada uno de esos elementos de forma individual.

Cuando diversificamos, sobre todo estamos buscando diluir los riesgos. Pero a menudo en la inversión tendemos a dejarnos llevar por el sesgo de familiaridad

Es decir, si le preguntan a un inversor español dónde poner su dinero a trabajar, lo más seguro es que le vengan a la mente las compañías que están en el IBEX. En cambio, será difícil que un alemán piense en Repsol, por poner un ejemplo; le vendrán a la cabeza las compañías del DAX, la bolsa de su país. 

A veces el pasaporte nos condiciona y se pierden oportunidades para minimizar el riesgo al fiar nuestro dinero a una sola opción en lugar de anclar nuestras inversiones al impulso del conjunto de la economía mundial.

“Diversificar la inversión geográfica y sectorialmente amortigua el posible impacto negativo que pueda tener una economía concreta.”

5 tipos de diversificación de la inversión

Una planificación financiera que contemple diversificar las inversiones, ligando el ahorro invertido al crecimiento del conjunto de la economía del planeta y buscando diluir los riesgos, puede basarse en los siguientes pilares:

  1. Diversificación temporal

Se recomienda, para empezar, repartir nuestras inversiones en función del horizonte temporal en el que se enmarcan los correspondientes objetivos. Es decir, definir el destino de la inversión de nuestro dinero en el corto, medio y largo plazo.

  1. Diversificación entre títulos 

Diversificar nuestras inversiones, además de impulsar nuestras posibilidades, debe ayudarnos a blindarnos ante el riesgo. Mucho más en tiempos de volatilidad. Por este motivo se recomienda invertir en el mayor número de empresas y, a ser posible y dependiendo de cada caso, combinando títulos de renta fija y renta variable. 

  1. Diversificación geográfica y por sectores

¿Por qué limitarnos a anclar nuestras inversiones a la marcha de un solo país o sector? Desde siempre y, hoy más que nunca, tanto los países como los sectores están sometidos a vaivenes de los mercados y, en general, a los distintos ciclos de la economía. 

Diversificar la inversión geográfica y sectorialmente amortigua el posible impacto negativo que pueda tener una economía concreta del planeta (conflictos, crisis, etc.) o un sector, que puede verse afectados por variables inesperadas (precio de la energía o las materias primas, por citar algunos ejemplos). 

  1. Diversificación por potencial de crecimiento

Los especialistas nos cuentan que también es aconsejable tener en cuenta a las empresas y los sectores emergentes, y los mercados con mayor potencial de crecimiento. Las empresas, sectores y economías emergentes por sus propias características pueden ser más volátiles, pero podrían generar mayores oportunidades.

5. Diversificación por instrumentos de inversión

Volvemos al principio y la frase recurrente de “no poner todos los huevos en la misma cesta” cuando hablamos de inversión. Pues eso mismo. Se trata de combinar la inversión directa o los fondos con otro tipo de herramientas que den respuesta a necesidades concretas, por ejemplo, que tengan ventajas fiscales, etc. 

En definitiva, la diversificación es una estrategia que persigue equilibrar nuestras inversiones y darles más oportunidades, y minimizar los riesgos. Evidentemente, la solución concreta de cada ahorrador dependerá de sus características, su perfil de inversor, su tolerancia al riesgo, sus objetivos vitales, sus circunstancias personales, etc. Y por eso es siempre conveniente apoyarse en el asesoramiento de un profesional de las finanzas, como un asesor financiero, que, además de su bagaje técnico, puede ayudarnos a analizar lo más conveniente para nosotros en cada etapa vital.

 

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