planificar y ahorrar para la jubilacionLa jubilación no es el final de casi nada, sino una gran meta volante. Por eso, debemos prepararnos financieramente para disfrutarla teniendo también en cuenta que viviremos muchos años más después de retirarnos. 

Los números no engañan. En nuestro país, según los datos del INE y Euroestat, vivimos de media 20 años más después de la edad de jubilación y la mitad de ese tiempo disfrutamos de buena salud. Tenemos que aprovecharlos para disfrutar y, por eso, la estabilidad económica del hogar o la financiación de nuestros cuidados no pueden convertirse en un agobio diario.

Cambios y gastos después de la jubilación

 Si lo pensamos bien, se trata de un reto a la altura de nuestra imaginación. Hablamos de casi dos décadas en las que la pensión reemplazará al salario y los costes sanitarios crecerán significativamente. El importe de la pensión media es un 30% más bajo que el del salario medio y la diferencia que los separa rebasa los 500 euros al mes.

¿Cómo son los gastos de una persona jubilada?

Los gastos sanitarios de los jubilados, por otro lado, rozan los 600 euros anuales y aumentan considerablemente bien avanzados los setenta años. Antes de eso, también necesitaremos gastar e invertir en adaptar nuestras casas, contratar ayuda adicional a domicilio y, según avance el tiempo, quizá hasta trasladarnos a una residencia donde nos traten como si fuéramos de la familia. ¿Pero cuánto puede costar todo eso? La adaptación completa de un cuarto de baño cuesta alrededor de 2.300 euros, una cuidadora cobra en torno a 1.000 euros mensuales por 40 horas a la semana y la inmensa mayoría de las residencias privadas exige un desembolso mensual equivalente al importe íntegro de la pensión media.

“La jubilación no es el final de casi nada, sino una gran meta volante. Debemos prepararnos financieramente para disfrutarla teniendo en cuenta que viviremos muchos años más”

Naturalmente, la jubilación no solo es una puerta de entrada a los achaques de la edad. De eso nada. También, como decíamos al principio, se convierte en una gran oportunidad para retomar decenas de planes aplazados con toneladas de tiempo libre. La posibilidad de los viajes, la vida relajada con familia y amigos e incluso los estudios en la universidad de la tercera edad abrirán espacios asombrosos, y acaso inexplorados, para la curiosidad y el placer. Debemos estar sanos física, psíquica y financieramente para exprimirlos y celebrarlos con la satisfacción que se merecen.

El ahorro para la jubilación es la clave para un futuro con mayor tranquilidad

Evidentemente, tanto si nos marcamos como objetivo la tranquilidad ante la caída de los ingresos y el aumento de los gastos como si queremos ahorrar para disfrutar, necesitamos una buena planificación financiera. 

Sabemos que esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Entre los instrumentos más populares para ahorrar para la jubilación destacan los planes de pensiones, y la realidad es que el patrimonio medio de estos planes individuales no llegó ni a los 11.000 euros el año pasado. Además, tan solo el 19% de los españoles ahorra mensualmente para la jubilación.

“Además de la información necesaria y tener presente los desafíos futuros, la buena planificación financiera requiere de la ayuda y el seguimiento de un asesor profesional”

Y todo eso no ocurre porque el futuro no nos cause inquietud. De hecho, según un sondeo previo a la pandemia, la jubilación se había convertido en la principal preocupación económica de los españoles, por delante incluso de la compra de la vivienda. Por eso, es evidente que nuestro reto fundamental no es tanto concienciarnos, sino pasar a la acción y construir un plan sólido, flexible y eficaz para que nuestros años de plata sean, como mínimo, tan felices y pacíficos como los anteriores.

Planificación financiera para prepararte para la jubilación

Conocemos nuestros puntos débiles. El cerebro humano tiende a relativizar la importancia de los desafíos a largo plazo y demora cualquier respuesta inmediata para un problema futuro. En paralelo, nos faltan horas para estar al día de las últimas novedades de los mercados y los productos financieros que se ajustan mejor a nuestros perfiles como ahorradores a largo plazo. 

Finalmente, lo más habitual es que, incluso cuando disponemos de tiempo, nuestra formación no sea la idónea para saber dónde buscar lo mejor y aprovechar las oportunidades en un entorno que cambia constantemente. 

Por todo ello, parece claro que, además de disponer de la información necesaria y tener presente los desafíos futuros, la buena planificación financiera requiere de la ayuda y el seguimiento de un asesor financiero profesional —como los Family Bankers de Banco Mediolanum– que se haya ganado nuestra confianza, que responda nuestras dudas, que nos informe puntualmente de las curvas y que nos recuerde, con frecuencia, la importancia de planificar la apasionante vida que nos espera cuando nos retiremos. 

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