la FED habla y el mundo tiembla

La Reserva Federal, conocida popularmente como la Fed, es el banco central de Estados Unidos, lo que significa que es el gran arquitecto de su política monetaria, un instrumento que puede y suele utilizar este país para espolear el crecimiento económico o el empleo y para mantener la estabilidad de los precios.

En esto difiere de otras instituciones similares como el Banco Central Europeo, que hasta muy recientemente —y siguiendo la tradición alemana del Bundesbank— dedicaba su política monetaria casi exclusivamente a luchar contra la corrupción.

La manera en la que la Reserva Federal influye sobre el crecimiento económico, el nivel de precios o el empleo es, a grandes rasgos, sencilla. Si crea más dinero o baja los tipos de interés oficiales (reduciendo indirectamente con ello los intereses que tienen que pagar las familias y las empresas por sus créditos), suelen acelerarse la inflación, el crecimiento económico y, como consecuencia de esto último, el empleo. Y si reduce el dinero que hay en el mercado o sube los tipos de interés, entonces suele ocurrir lo contrario.

Esto tiene una lectura que impacta directamente sobre el momento en el que nos encontramos. En tiempos de crisis, la Fed mantiene por lo general los tipos bajos para que la economía vuelva a crecer o no se desplome demasiado. Mientras que, cuando las cosas mejoran, los sube de nuevo porque intuye que ya no son necesarios, que los hogares y empresas pueden verse animados a pedir créditos demasiado arriesgados y que hay que contener el aumento de los precios. Precisamente, el próximo 16 de diciembre la presidenta de la Fed, Janet Yellen, podría anunciar una subida de los tipos después de un año de fuerte recuperación en la primera economía mundial.

“En tiempos de crisis la Fed mantiene por lo general los tipos bajos para que la economía vuelva a crecer o no se desplome demasiado”

Otras competencias importantes de la Reserva Federal son la distribución de monedas y billetes, la supervisión y regulación de los llamados bancos miembros y la financiación del Tesoro de Estados Unidos. Dicho más claramente: esta institución tiene que asegurarse de que hay suficiente dinero físico y electrónico (como el de los apuntes de nuestras cuentas corrientes) en el mercado, de que los bancos cumplan las normas y posean suficientes recursos para responder a las demandas de sus clientes y de que el Estado pueda endeudarse con cargo a la gigantesca chequera de su banco central. ¡Una tarea titánica!

En situaciones de emergencia, como la de los últimos años, la Reserva Federal se convierte también en el prestamista de última instancia de las entidades financieras que se colapsan. Rescató, entre otras, a la aseguradora AIG en 2008 poniendo sobre la mesa un crédito de 85.000 millones de dólares.

 

Grandes peculiaridades de la FED

Pero lo que hace realmente único al banco central estadounidense no son sus competencias en tiempos de crisis o fuera de ellos, sino dos grandes peculiaridades. Nos referimos a su estructura y su abrumadora influencia en todo el mundo.

Su estructura es excepcional porque nos encontramos ante un organismo privado integrado por un sistema de doce sucursales que antes hemos llamado “bancos miembros” y que cubren amplias áreas geográficas. Curiosamente, las mayores entidades financieras de Estados Unidos son accionistas de esas sucursales, algo que les da derecho a cobrar una rentabilidad anual del 6% por sus títulos, a nombrar a seis de sus nueve directores y a influir directamente en la selección de cinco de los trece miembros del influyente Comité de Operaciones de Mercado Abierto.

A pesar de lo anterior, no conviene exagerar su naturaleza privada o su independencia frente a los poderes públicos. Debemos recordar, para empezar, que las acciones que poseen las entidades no pueden comprarse y venderse libremente. En segundo lugar, la influencia de estas empresas es más limitada de lo que parece, porque el principal órgano rector de la Fed es la Junta de Gobernadores, una institución federal (y, por lo tanto, pública) integrada por siete miembros elegidos por períodos de catorce años por el presidente de Estados Unidos que tienen que ser confirmados después por el Senado.

“Peculiaridades de la Fed: su estructura y su abrumadora influencia en todo el mundo”

La segunda gran peculiaridad, como decíamos, es su abrumadora influencia en todo el mundo. Su poder es efectivo y simbólico. Efectivo porque tiene los recursos legales y financieros necesarios para alterar, rápidamente, los tipos de interés de los activos denominados en dólares —aquí caben desde los bonos de deuda pública estadounidense hasta los contratos de futuros de petróleo en el golfo Pérsico—. Y también puede influir de forma determinante en el precio de la moneda de la primera potencia mundial, aunque, como esta cotiza en el mercado libremente, no pueda devaluarla de manera directa.

Su poder simbólico tampoco es despreciable, y esto se demuestra en las consecuencias que tienen tanto las declaraciones de la presidenta de la Reserva Federal como la publicación de las actas de las reuniones de la Junta de Gobernadores. En estos casos, basta con que se pronuncien unas simples frases para que los mercados mundiales reaccionen vendiendo y comprando miles de millones en activos financieros. ¡Por eso nadie pierde de vista a la Fed!

Ahora mismo, los mercados están en vilo ante la decisión de la subida de tipos de interés que anunciará probablemente Janet Yellen el próximo 16 de diciembre. Vamos a ver en movimiento el verdadero poder de las decisiones de la Fed en un momento crucial para la economía mundial.

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