¡Hasta el infinito y más allá!, gritaba el juguete espacial Buzz Lightyear en los momentos álgidos de la saga Toy Story, cada vez que emprendía una aventura. Lejos de ser un juego, y mucho menos una aventura, el manual de instrucciones del ahorrador inteligente pasa precisamente por invertir más allá de lo que tenemos más a mano. ¿Quieres saber por qué?
Más de uno está pensando… ¿Cómo puedo invertir mi dinero? Cuando lo hacemos a largo plazo debemos ser conscientes de que la mejor manera de combatir los riesgos es mediante una correcta diversificación. En el caso de una cartera de renta variable esto implica no solo invertir en diferentes empresas cotizadas o en sectores diversos, sino también en países distintos. Es decir, ¡mucho más allá!
Atención al sesgo de proximidad
Pero, ¡ojo!, uno de los sesgos o trampas de la mente en que caen casi todos los inversores es el sesgo de proximidad, que nos lleva a invertir casi únicamente en aquellas empresas que consideramos próximas. Tendemos a creer que, al tenerlas cerca, son mejores y presentan una inversión más segura.
Así que, si nos planteamos dónde invertir en 2020 o más allá, no nos dejemos llevar por la confianza que produce haber diversificado en varias empresas (de mayor o menor tamaño) pertenecientes a diferentes sectores. Podemos llegar a pensar que el trabajo ya está hecho y que hemos completado el proceso de diversificación, pero no es así.
El llamado “riesgo país”
Con esta decisión estamos ignorando los indicadores de riesgo país, que está vinculado a factores como la evolución de la política, las influencias de la economía o el estado del tipo de cambio. Todo ello puede provocar un grado de inestabilidad que acabe afectando directamente a los valores de las empresas de un país concreto.
“Una correcta diversificación en renta variable implica invertir en distintos empresas o sectores, pero también en diferentes países”
Si ceñimos toda nuestra inversión a un solo territorio, pueden aparecer los problemas. En el caso que empeoren las variables macroeconómicas de ese país y a los inversores les dé por vender en masa puede llegar el hundimiento bursátil.
El peaje de ser argentino…
… O ucraniano, español, búlgaro o ugandés. Es el peaje de fijar la vista únicamente en tu país a la hora de invertir. Y como ejemplo hemos buscado un caso reciente en Argentina. Durante el mes de agosto de este 2019 vimos cómo la bolsa argentina sufrió un varapalo muy importante en la sesión del 12 de agosto.
Durante esa sesión se produjeron unas pérdidas del 38% y se pasó de los 44.355 puntos a los 27.530. ¡Sí, todo eso en una única sesión!
Sin duda, fue un duro golpe para los inversores argentinos que habían invertido exclusivamente en su índice, fruto del sesgo de proximidad. En las siguientes sesiones, continuaron las caídas hasta alcanzar unas pérdidas del 44,50% a lo largo de las siguientes once sesiones. Lo observamos en el Índice Merval, que es el principal índice del Mercado de Valores de Buenos Aires.
Si nos fijamos, la bolsa argentina tiene hasta veinte valores que recogen la diversificación sectorial: Financiero (32,66%), Energía (28,72%), Materiales Básicos (13%), Utilities (12,06%), Telecomunicaciones (10,39%), Consumo no cíclico (1,92%), Tecnológico (0,68%) y Consumo cíclico (0,57%). Pese a ello, y aunque pensaron que habían diversificado correctamente, los propios inversores tuvieron unos resultados pésimos porque no tuvieron en cuenta el llamado riesgo país.
Desde el punto de vista europeo es aún peor. Teniendo en cuenta que nuestra divisa de referencia es el euro, no solo hay que estar atento a cómo evoluciona el índice argentino, sino también a la relación entre el peso argentino y el euro. Es decir, los inversores cuya divisa de base es la moneda europea sufrieron pérdidas mayores, ya que a las caídas bursátiles se le sumó una depreciación del peso.
La del 12 de agosto fue una sesión fatídica para el inversor europeo que lo había invertido todo en renta variable argentina. Sufrió unos números rojos del 46,50%, es decir, unos ocho puntos más por el efecto la depreciación del peso argentino.
Grecia, otro caso fatídico
El de Argentina no es el único ejemplo de las consecuencias de los indicadores de riesgo país. De poca cosa les ha servido a los inversores griegos con un fuerte sesgo de proximidad mantener una amplia diversificación en diferentes valores griegos. Y es que, en los últimos 12 años, la bolsa griega ha arrastrado grandes pérdidas que, acumuladas, han llegado hasta el 85%.
En este caso, una vez más, el riesgo país ha hecho de las suyas. ¡Por todo ello, es necesario recordar a nuestra psicología de inversores que, efectivamente, diversificar es la mejor de las opciones, pero hacerlo más allá de las propias fronteras es lo más adecuado!
“¡Evita el sesgo de proximidad o el llamado riesgo país y vincula tus inversiones al impulso de la economía mundial!”
Sin duda, a través de una completa diversificación estaremos conectando nuestras inversiones a todo el mundo. Pero como no se trata de comprar sin ton ni son sino que es una estrategia de inversión, es aconsejable dejarse acompañar por un profesional de las finanzas, como los Family Bankers de Banco Mediolanum. Con su apoyo y una buena planificación, podremos proteger y aumentar las posibilidades de incrementar nuestro patrimonio.