Desde el año 2013, la edad de jubilación en España aumenta paulatinamente año tras año, hasta llegar a los 67 años en 2027. Para poder cobrar el 100% de la pensión hay que haber cotizado más de 35 años, una cifra que aumentará hasta los 37 años en 2027La Comisión Europea estima que es probable que se produzcan nuevos ajustes sobre la tasa de sustitución, es decir, en la cuantía de la pensión pública que se cobra en relación con el último salario. Esta ratio en España se sitúa en torno al 80%, una cifra elevada en relación con otros países europeos.
Concretamente, se estima que esta tasa continúe bajando hasta situarse en torno al 50% a largo plazo, algo que significaría que al jubilarnos perderíamos un 50% de nuestro poder adquisitivo. Por este motivo es cada vez más importante la planificación de la jubilación.
El reto de la jubilación en España
¿Hacia dónde apunta el futuro de las pensiones? En octubre de 2022, el gasto total de pensiones en España fue de 10.886 millones de euros, lo que supone un aumento del 6,19% con respecto al mismo mes del año pasado. Las pensiones de jubilación suponen el mayor gasto, acumulando 7.890 millones de euros por encima de las pensiones de viudedad (1.836 millones de euros), incapacidad permanente (981 millones), orfandad (150 millones) y las de favor familiar (28 millones).
Esta situación representa un reto en cuanto a la sostenibilidad del sistema público. En octubre de 2022 se han registrado 9,96 millones de pensiones, lo que representa una variación de 0,79% comparado con el mismo mes de 2017.
“Desde el año 2013, la edad de jubilación aumenta paulatinamente año tras año hasta llegar a los 67 años en 2027”
Cómo se encuentra el sistema de pensiones público
Según las previsiones actuales, los ingresos tendenciales del sistema (corregidos por el ciclo económico) crecen a una tasa inferior al 3%, que es la mitad de la registrada antes de la crisis. Existen dudas sobre cuál va a ser el futuro de las pensiones, por las características y evolución del sistema público español.
En primer lugar, de acuerdo con la esperanza media de vida, España es uno de los países más longevos del mundo (82,4 años). Si esto, ya de por sí, podría poner en peligro el sistema, hay que combinarlo, además, con una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. De modo que el futuro pensiones y jubilación es una incógnita: cada vez hay más personas mayores cobrando pensiones durante más años, mientras cada vez llegan menos jóvenes al mercado laboral para pagar estas pensiones en un sistema de reparto como el español.
Además, España tiene una de las más bajas tasas de empleo (número de personas trabajando como porcentaje de las personas en edad de trabajar) de los países desarrollados. Esto implica que un porcentaje muy bajo de personas, de una población que decrece, trabaja para mantener a las personas mayores.
Por otra parte, los fondos que España tiene reservados para pagar las pensiones futuras son muy escasos. Según datos de la OCDE, España tiene solo una fracción de los activos en pensiones que tiene Holanda, Suiza, el Reino Unido o Estados Unidos.
“La planificación junto a un experto en finanzas puede ayudarnos a anticipar y preparar una de las etapas más importantes de nuestra vida”
Posibles soluciones al sistema
La sostenibilidad del sistema público de pensiones no interfiere en los objetivos de suficiencia, es decir, la adecuación de las cuantías para que los pensionistas puedan hacer frente a sus necesidades. El Índice de Revalorización de las pensiones y el Factor de Sostenibilidad deberían garantizar la sostenibilidad del sistema, su equilibrio presupuestario a largo plazo y permiten todas las opciones posibles, salvo pagar pensiones incurriendo en un déficit estructural, que requiere tomar medidas para su corrección.
En 2050, el número de pensionistas de la Seguridad Social aumentará hasta los 15 millones, frente a los 9.473.482 pensionistas que había en diciembre de 2016 y la tasa de dependencia prácticamente caerá a la mitad. Lo que significa que para atender los 15 millones de pensionistas previstos en 2050 se necesitarían 28,5 millones de cotizantes. Casi dos trabajadores por pensionista.
En estos escenarios, se plantean distintas alternativas combinables para dar respuesta a estos retos:
- Aumentar la presión fiscal: más impuestos o menos gasto público en otras partidas presupuestarias.
- Reformas estructurales que disminuyan la tasa de desempleo, aumenten la tasa de actividad y de empleo, la productividad y los salarios (más capital productivo, humano y tecnológico).
- Más ahorro complementario: compensar la reducción de la pensión media sobre el salario medio con más ahorro (como en Suecia, Reino Unido, etc.).
Soluciones para complementar las pensiones
Con este telón de fondo, y para tratar de mantener el mismo nivel de vida y la estabilidad de los ingresos cuando llega el esperado retiro, podríamos recurrir a fórmulas que complementen la pensión pública de la Seguridad Social. Existen múltiples soluciones e instrumentos financieros para canalizar el ahorro a largo plazo que pueden dar respuesta a las necesidades de esa etapa.
En cualquier caso, la planificación de la jubilación es clave dentro de nuestra planificación financiera. Por eso es recomendable hacerlo acompañados de un experto en finanzas, como los Family Bankers de Banco Mediolanum, que nos ayude a analizar y definir nuestro perfil inversor, así como nuestras circunstancias y objetivos reales que nos permitan anticipar y preparar uno de los momentos más importantes de nuestra vida.
Dado el caso de que el sistema de pensiones en España quiebre o no permita vivir normal a los jubilados a partir de 2021, por ej;
Una de mis inquietudes es, la cotización a la seguridad social que pago ahora y hasta que me jubile (2031 aprox.). Si las previsiones son las que son, estimo que debe corregirse en cierto tramo previo de edad dicha cotización, de lo contrario es como un fraude o un sinsentido e injusticia.
Mi segunda observación es, que sí debemos prever la circunstancia anterior, con un plan de pensiones al que venimos aportando nuestros ahorros (entre otros activos) desde hace mucho tiempo; si las pensiones del Estado quiebran (o similar), habría que corregir también la tributación irpf de los planes de pensiones, dado el cambio de paradigma. Dado el tipo específico de normativas que tienen los planes y el objetivo fundamental, que es ayudar a vivir a un jubilado. Es decir, disminuir el gravamen con la misma energía que se pretendería con las pensiones de la seguridad social.
Comprendo que es una incógnita, pero ya hay muchos que se plantean guardar sus ganancias bajo una losa. Comprendo que es absurdo, pero a veces el ser humano busca seguridad ante un Estado que te destruye.