Hasta hace poco la seguridad profesional estaba en un empleo en la banca, porque ofrecía casi la misma seguridad que el funcionariado, pero generalmente con mejor sueldo. Hoy la realidad es muy distinta: el sector bancario sufre una fuerte crisis que está provocando la desaparición de entidades, el cierre de numerosas oficinas y miles de despidos, un proceso que probablemente continúe.
Entonces, ¿dónde está actualmente la seguridad profesional en el sector financiero? Sin duda, en los clientes, porque seguirán estando aunque se cierren oficinas y entidades. Y necesitarán más y mejor asesoramiento, porque ya no basta con un plazo fijo y el producto del mes para cubrir sus necesidades de ahorro. Ahora los productos son más complejos, es necesario planificar el ahorro y para esto hay que entender qué está ocurriendo.
Quien busque seguridad profesional en la banca debe tener presente una de las máximas de la inversión: la mejor manera de reducir el riesgo es diversificar. ¿Cómo? Muy sencillo: disponiendo de multitud de clientes satisfechos. Por tanto, hay que ir cambiando la vieja idea de que la mayor estabilidad la ofrece un empleo fijo. El futuro de los empleados del sector financiero no puede depender exclusivamente de la entidad en la que trabajan, porque están reduciendo sus plantillas.
En cambio, los asesores financieros autónomos han diversificado su riesgo entre las decenas de clientes a los que asisten. Por tanto, mientras su desempeño sea óptimo y sus clientes estén satisfechos, sus carreras profesionales no estarán amenazadas.
Por esto consideramos que la mejor alternativa profesional en el sector financiero es ser consultor de banca.