Comprar una vivienda es una las decisiones económicas más importantes en la vida de
cualquiera. El precio de la casa y el plazo para pagar el préstamo que nos concederá el banco pueden marcar nuestra situación financiera durante varios años. Estos son algunos de los pasos que hay que tener en cuenta.
Tus ingresos, tus ahorros
Antes de elegir la vivienda, hay que tener claro qué tipo de hogar buscamos, en qué barrio queremos que esté y cuál es nuestro presupuesto máximo. Para calcular nuestro tope económico debemos tener en cuenta que las mensualidades de la hipoteca no han de superar el 30% o 35% de nuestros ingresos mensuales. También es muy importante contar como mínimo con en torno al 35% del valor de la vivienda en ahorros, ya que la mayoría de las entidades financieras solo financian hasta el 80% del valor de compra o de tasación y, además, habrá que hacer frente a impuestos como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, si se trata de una vivienda de segunda mano, o el IVA y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, en el caso de obra nueva, aparte de otros gastos.
Cargas y condiciones de la vivienda
Una vez establecidos estos puntos, es el momento de buscar nuestra casa ideal. Una vez elegida, lo primero que hay que hacer es conocer el estado de cargas de la casa. Es muy importante comprobar si la vivienda tiene embargos, está hipotecada o cuenta con alguna limitación en los estatutos de la comunidad de propietarios. Para obtener esta información hay que solicitar una nota simple informativa al registro de la propiedad.
Además, si el edificio tiene más de 50 años debes pedir el estado de la inspección técnica de edificios (ITE) para asegurarte de que todo está bien. En este caso, la vivienda debe disponer de cédula de habitabilidad, aunque esta es una obligación del vendedor, no del comprador. Sin embargo, es importante que esté en regla, porque sin ese documento no se puede formalizar la compraventa. Mientras se consigue esta información, también es importante asegurarse de que la vivienda está al corriente de pagos y gastos, como pueden ser las mensualidades de la comunidad o los recibos correspondientes de luz, agua y gas.
El contrato de arras
Una vez comprobado el estado de la casa, se debe firmar el contrato de arras entre comprador y vendedor. Se trata de una reserva mediante el pago de una cantidad acordada entre las partes, que suele rondar el 10%. Si el comprador anula el acuerdo, perderá la cantidad entregada, mientras que, si lo hace el vendedor, tendrá que devolver el doble de lo recibido por el contrato. También existe la figura de las arras condicionadas: el comprador da una paga y señal condicionada a la concesión de la hipoteca. Si no se la conceden, el vendedor está obligado a devolver el dinero avanzado.
Tipos de hipotecas
El siguiente paso es buscar financiación. Para ello, el comprador debe ir a su entidad financiera para consultar los préstamos hipotecarios que le pueden ofrecer según su perfil. El tipo de contrato laboral, el nivel de ingresos y los ahorros que pueda aportar él o los compradores serán los puntos más importantes para conseguirla. Además, en caso de solicitar dicha financiación, lo primero que pedirá la entidad bancaria será una tasación de la vivienda, que deberá realizar un tasador oficial.
Es muy importante saber qué modalidad de hipoteca te interesa más. En el mercado puedes elegir entre hipoteca fija, variable o mixta. En el primer caso, siempre se paga la misma cuota, eso sí, a costa de unas cuotas mayores en el momento de la contratación. En el segundo caso, en el de la hipoteca variable, estás a expensas de la evolución del indicador de referencia, que como norma general es el Euríbor. Finalmente, en las hipotecas mixtas, los primeros años son a tipo fijo y el resto, a tipo variable. Una vez que el cliente haya decidido el tipo de hipoteca que le interesa, la entidad analizará la operación. En caso de valorarla positivamente, el banco emitirá una oferta vinculante para llevar a cabo dicha operación con el cliente, que le compromete a conceder la hipoteca si este la acepta.
La escritura pública
Uno de los últimos trámites antes de recopilar todos los documentos de la compraventa de una vivienda pasa por firmar la escritura pública. Este documento se firma ante notario para poder inscribir el inmueble en el registro de la propiedad con el cambio del nuevo titular de la casa. La escritura pública se formaliza ante notario, que se asegura que las partes comprenden el documento que están firmando. El notario tiene la obligación de leer y explicar el documento entero y todas sus cláusulas.
Asesoramiento financiero: un valor seguro
En el caso de que el comprador haya tenido que pedir un préstamo hipotecario para comprar la casa, debe haber un representante de la entidad, que se encargará de comprobar que todo está en regla. Una vez que comprador, vendedor y banco hayan dado su conformidad a todos los documentos, se entregarán las llaves de la casa.
La compra de una vivienda es una meta en la que depositamos ilusiones y un esfuerzo económico que marcará, en muchos casos, parte de nuestro futuro. Por eso es recomendable repasar los detalles previos antes de dar el paso. En cualquier caso, y como no tenemos por qué ser especialistas del tema, siempre es conveniente dejarse aconsejar por un profesional. Un asesor financiero, como es el caso de los Family Bankers de Banco Mediolanum, es la figura ideal para acompañarte en una decisión capital como la adquisición de tu vivienda.
Si te ha gustado este artículo, quizá pueda interesarte este otro: Así se escribe la historia de Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo