Una de las premisas de Warren Buffett es que para invertir en bolsa se necesita tiempo y paciencia. ¡Pero no es fácil cuando el terror se apodera de los mercados y los analistas más agoreros copan los titulares! Por eso, los inversores no siempre pueden dejar de lado los sentimientos. El miedo a la pérdida, la estimación errónea de las probabilidades y los mayores riesgos que se asumen cuando estamos perdiendo dinero resumen los fallos más comunes al invertir.
Y quizá por ello se pueden entender los movimientos violentos y abruptos del mercado durante los dos últimos años. Unos coletazos que ponen a prueba la paciencia de los inversores y acaban expulsando a muchos que, cuando se plantean volver, lo hacen demasiado tarde y se han perdido el rebote posterior. A continuación, seis ejemplos que ponen de manifiesto este clima cambiante del mercado:
“Descubre seis momentos de incertidumbre en los mercados… ¡cuando el mundo no dejó de girar!”
SEIS MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE EN LOS MERCADOS
1. Grecia
Grecia ha puesto a la zona euro contra las cuerdas en dos ocasiones: la última, durante el segundo trimestre del pasado año. Un cambio de Gobierno en Grecia, con la llegada al poder de Alexis Tsipras al frente de Syriza, reabrió el debate sobre los ajustes exigidos desde Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de las ayudas para evitar la quiebra de las cuentas públicas. Antes de seguir, conviene recordar que el PIB de Grecia representa en torno al 1,8% de la economía de la zona euro.
Y, pese a este dato, la situación derivó en negociaciones, y las bolsas europeas caían cuando parecía que el acuerdo se alejaba y subían cuando ocurría lo contrario, pero con una tendencia bajista en general. Las previsiones más lúgubres cuestionaban la continuidad en el euro de Grecia y provocaban un efecto dominó. Al final hubo pacto, se diseñó un tercer programa de rescate, las bolsas rebotaron y esta crisis quedó en el olvido.
2. China
El hecho de que China no iba a seguir creciendo a ritmos superiores al 7% era algo previsible. Pero no la brutal reacción del mercado en agosto de 2015, que generó un “lunes negro” tras la devaluación del yuan por parte del Banco Popular de China. Wall Street protagonizó su peor sesión desde 2011, con un desplome en agosto que recuperó en octubre, con el mejor mes desde el mismo año citado.
“Para tomar decisiones financieras es clave tener la cabeza fría y actuar con racionalidad”
Lo curioso es que la devaluación del yuan no servía ni siquiera para recuperar lo perdido por la divisa china durante los tres años anteriores respecto al dólar. En lo que va de 2016, el yuan cae más de un 2% y está en mínimos de los últimos cinco años. Sin embargo, lo que fue motivo de terror para los mercados ha pasado totalmente desapercibido los siguientes meses.
3. Crisis de los emergentes
Las economías emergentes fueron las primeras en recuperarse de la crisis financiera internacional y evitaron que la recesión global de 2009 se prolongara. Ahora son estos países los que se frenan frente a la recuperación de las economías desarrolladas. Además del mencionado caso de China, el más peligroso es el de Brasil, en recesión este año. El gigante latinoamericano es ahora uno de los mayores motivos de preocupación de las multinacionales españolas que desembarcaron en las últimas dos décadas en la región. Por momentos ha sido motivo suficiente para pérdidas importantes en bolsa de algunos de los grandes valores del Ibex 35. En otros, los inversores han encontrado razones mejores en las que fijarse para tomar sus decisiones de compra o venta.
4. Terrorismo y riesgos geopolíticos
Uno de los hechos más dramáticos que marcan la actualidad es la amenaza terrorista y la escalada de riesgos geopolíticos a lo largo del planeta. Sin embargo, tienen poco efecto sobre las finanzas personales, aunque sí han producido momentos de importantes ventas en renta variable que han afectado a las carteras en las que los gestores no hayan tenido paciencia. Las caídas son importantes especialmente cuando hay un peligro en las relaciones internacionales, como el avión ruso derribado por las autoridades turcas a principios de año en la frontera entre Turquía y Siria, o el intento de golpe de Estado en Turquía. Pero la tendencia negativa en las bolsas fue breve y rápidamente se disipó.
5. Desplome del petróleo
Tradicionalmente, los análisis económicos sugieren que un petróleo barato favorece a las economías desarrolladas. Esto no tiene mucho misterio, ya que en general estos países son importadores netos de esta materia prima. Eso significa que cuanto menos cueste la commodity, más beneficios para las empresas y mayor poder adquisitivo para las familias.
El pasado año, con el aumento de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los precios se desplomaron. Y en enero y febrero ya de este año agudizaron su caída hasta mínimos de 12 años. Este hecho no pareció tener incidencia en los parqués bursátiles en 2015, pero sí a comienzos de este 2016. Esta correlación temporal golpeó a las bolsas. Después hubo un rebote del crudo del 80% entre febrero y mayo, que no se tradujo en un movimiento paralelo de la renta variable. La correlación se ha roto y las noticias sobre oferta y demanda de petróleo sirven ahora solo para explicar los precios de este.
6. Incertidumbre política… y Brexit
Los medios suelen utilizar a menudo la palabra incertidumbre. Un término muy recurrente y muy cierto en los últimos tiempos para definir el terreno político. Aplicable, por ejemplo, a España, desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015, ante la imposibilidad hasta ahora de haber formado Gobierno. En otros países, Estados Unidos, ante la cercanía de las elecciones presidenciales de noviembre.
Pero es el Brexit el principal ojo del huracán hoy en día. El 23 de junio, contra el pronóstico de los analistas, los británicos decidieron mediante un referéndum romper con la UE. Al día siguiente, los parqués se desplomaron en un viernes negro en el que el Ibex 35 cayó un 12,35%, el mayor retroceso de su historia.
Ante este escenario, ¿quién podía resistirse a vender y evitar pérdidas mayores ante el pánico de los mercados? Pues quien lo hiciera ha visto cómo su cartera ha recuperado su valor. La mayoría de los índices han rebotado en julio y están en niveles cercanos, como el Ibex 35, o incluso superiores, como el propio FTSE 100 británico, respecto al cierre en el día del referéndum sobre el Brexit.
Es decir, el Reino Unido y la Unión Europea siguen en pie. Y también China y los mercados emergentes. Y Estados Unidos. La economía y los mercados continúan funcionando, pero por el camino han dejado víctimas… Víctimas que se han dejado llevar por las emociones, ya sea pánico o euforia. Por dejar de lado la serenidad, se han precipitado. Para tomar decisiones financieras, decidir cuándo entrar o salir en los mercados, es clave tener la cabeza fría y actuar con racionalidad, sin dejar de tener presente nuestro plan de inversión, nuestro horizonte temporal y nuestros objetivos, que, por miedo a la pérdida, podríamos no cumplir. No olvidemos que ¡el mundo sigue girando!