Claves de planificación financiera y ahorro para afrontar septiembre sin estrés
El verano es una pausa en la rutina: viajes, comidas especiales, reuniones con amigos o familia… Son momentos que enriquecen la vida personal, pero también pueden hacer que gastemos más de lo habitual.

Aunque se habla mucho de la famosa “cuesta de enero”, cada vez más familias notan también los efectos de septiembre, sobre todo si hay hijos, impuestos o gastos relacionados con el trabajo, como pasa con los autónomos.

En este contexto, el reto no es dejar de gastar, sino gastar con cabeza. Se trata de mantener unas finanzas sanas sin tener que vender inversiones antes de tiempo ni usar dinero que no tenías previsto usar. Como explica la Asociación Española de Consumidores (ASESCON), tomar decisiones bien pensadas te permite disfrutar del verano sin poner en peligro tu tranquilidad económica el resto del año.

Antes de desconectar, es mejor planificar

Según el Banco de España, los hogares españoles tienen ahora menos deudas que en otros años. Esto les da más libertad para organizarse mejor. Pero tener algo de margen no significa que debamos gastar sin pensar.

Más importante que cuánto dinero tienes, es cómo lo usas y cuándo. Un buen asesoramiento financiero puede ayudarte a planificar bien, unir tus metas personales con tu situación económica y así evitar tomar decisiones apresuradas.

En Banco Mediolanum, ese acompañamiento lo ofrece tu Family Banker, que te ayuda a contar con una planificación financiera global y organizar tu dinero de forma completa, para que no tengas que usar créditos caros o romper inversiones antes de tiempo.

El Family Banker: mucho más que un asesor financiero

El Family Banker hace mucho más que recomendar productos financieros. Acompaña a las familias en sus decisiones importantes y tiene en cuenta sus valores, prioridades y metas.

Esto es lo que hace diferente su forma de trabajar:

  • Conoce bien a la familia, sus valores y necesidades.
  • Acompaña en la toma de decisiones financieras importantes.
  • Y por ello, puede proponer soluciones adecuadas para los objetivos de corto, medio y largo plazo.

Y en verano, su ayuda es todavía más útil porque:

  • Te ayuda a hacer un presupuesto realista para las vacaciones.
  • Te propone soluciones financieras a corto plazo según tu perfil.
  • Te ayuda a prepararte para los gastos que llegarán en septiembre, como el regreso al cole.

¿Cómo financiar el verano sin descuidar el futuro?

Muchas familias ya incluyen los gastos de verano en su planificación anual. Pero si no es tu caso, todavía estás a tiempo de hacerlo.

Aquí van algunos consejos:

  • Mira cuánta liquidez tienes (dinero disponible) y marca un límite de gasto.
  • Separa el presupuesto por tipos de gasto: transporte, alojamiento, comidas, ocio…
  • Revisa de vez en cuando si estás cumpliendo con ese presupuesto.

Una opción sencilla es empezar a guardar pequeñas cantidades durante los meses anteriores, para no tener que usar el dinero destinado a otros gastos importantes. También es buena idea controlar cómo usas las tarjetas de crédito: pagar a fin de mes suele ser gratis, pero si aplazas los pagos, pueden cobrarte intereses altos.

Uniformes, matrículas… septiembre llega rápido

Septiembre trae consigo muchos gastos, sobre todo si tienes hijos en edad escolar o universitaria: matrículas, uniformes, libros, material…
Según la OCU, en 2023 el gasto medio por hijo para el curso 2024-2025 fue de 2.588 euros, un 13% más que el año anterior.
Ahorrar con tiempo para estos gastos evita sorpresas desagradables y te permite empezar el nuevo curso con más tranquilidad.

Los 7 consejos clave para un verano tranquilo

  1. Revisa tu planificación financiera antes del verano con tu Family Banker.
  2. Crea un presupuesto específico para las vacaciones.
  3. Controla tus gastos a medida que se produzcan.
  4. Evita financiar con crédito gastos que no son imprescindibles.
  5. Asegúrate de tener cubiertos los gastos escolares de septiembre.
  6. Habla con tu familia sobre cómo consumir de forma responsable.
  7. Evalúa cómo ha ido el verano y ajusta tu estrategia si hace falta.

El verano debe ser una inversión en bienestar, no un riesgo para tu estabilidad financiera. Con decisiones bien pensadas, acompañamiento experto y un poco de planificación, la “cuesta de septiembre” no tiene por qué asustar. Al contrario: puede ser el inicio de un nuevo ciclo con las ideas claras y el bolsillo en orden.

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