Tras las elecciones generales del 20 de diciembre se inició, el 13 de enero, la XI legislatura. No obstante, tras 104 días, los diferentes grupos políticos no han sido capaces de llegar a un acuerdo para la formación de un gobierno, por lo que el 26 de abril finalizó la legislatura y se convocaron nuevas elecciones generales para el próximo 26 de junio.
Este escenario de incertidumbre política y carente de un gobierno formado según los resultados de las elecciones, ha repercutido en la percepción de los consumidores de manera negativa. Los datos del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), que es la media aritmética entre el índice de la situación actual y el índice de expectativas, nos muestran una clara evolución negativa en el primer trimestre de año. El ICC de este período pierde un 8% frente al registrado en el último trimestre de 2015, con mayores caídas en el índice de expectativas (-10,6%) y pérdidas más moderadas en el índice de situación actual (-4,7%).
Fuente: CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas. Indicadores de confianza del consumidor.
Si nos centramos en el índice de las expectativas, que mide las perspectivas de los consumidores para los próximos seis meses, con respecto al cuarto trimestre de 2015, descienden claramente las expectativas de consumo (-3,9%) y las de ahorro (-5,1%), mientras que se mantiene la caída en los temores de inflación (-2,7%) y de repunte en los tipos de interés (-2,4%).
“Bélgica llegó a estar 589 días seguidos sin gobierno tras las elecciones”
A pesar de los datos anteriores no hay motivos para alarmarse. En Europa, el supuesto más extremo en materia de inestabilidad política ha sido Bélgica. Este país llegó a estar 589 días seguidos sin gobierno tras las elecciones y en la actualidad está gobernado por una coalición de cuatro partidos políticos muy diferentes entre sí. A pesar de la falta de gobierno en Bélgica, los datos económicos fueron especialmente positivos. Por ejemplo, en el año 2010, cuando el país pasó más de medio año sin gobierno, el PIB belga creció un 2,7% y la renta per cápita llegó a 33.500 euros, lo que en su momento supuso la cifra más alta de toda su historia.
Los inversores españoles no aprecian un riesgo político
Por otro lado, si nos centramos en España, los inversores no aprecian un riesgo político específicamente intenso, a pesar del vaivén de posibles pactos que acabaron siendo infructuosos vivido en los últimos meses. Para ilustrar esta afirmación, podemos ver la evolución del diferencial del rendimiento entre el bono español a diez años y el de una economía comparable como el bono italiano, que también se caracteriza por mantener un sistema político fragmentado, con una amplia pluralidad de opciones políticas.
Si los inversores realmente sintieran un grave deterioro de las expectativas ante un riesgo político específico en España, venderían masivamente sus bonos españoles e incorporarían en su cartera unos bonos comparables como son los italianos. Este escenario llevaría al diferencial de ambos bonos a abrirse de manera muy significativa. No obstante, la realidad no es precisamente esa: en los últimos meses, el diferencial de ambos bonos se ha mantenido plano, en comparación con los meses previos de las elecciones, y solo les separa un diferencial del 0,12%. Por esa razón podemos afirmar que los inversores, por ahora, no muestran una especial sensibilidad a este prolongado suspense político que se ha vivido en España tras las elecciones generales celebradas el pasado 20 de diciembre.
“Los inversores no muestran una especial sensibilidad a este suspense político que se ha vivido en España”
En último lugar, los datos económicos no están mostrando un frenazo en la economía española ante esta situación de falta de gobierno. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española avanzó un 0,8% durante el primer trimestre del año, lo que supone una décima más de los pronósticos realizados tanto por el Gobierno en funciones como por el Banco de España. En comparación en el mismo período, la Eurozona ha crecido un 0,6% y la Unión Europea un 0,5%.
¿Qué ocurrirá tras la convocatoria de las nuevas elecciones del 26 de junio?
