Generación Z

Nacieron en pleno boom de las puntocom y con un móvil bajo el brazo, por lo que no consideran este dispositivo como algo revolucionario. La televisión tradicional no les interesa, consumen en streaming y dedican dos horas al día a ver vídeos en YouTube. Han sustituido el PC por el portátil y quieren entrar al gimnasio a media noche. Son los más activos en redes sociales, siendo Instagram su ventana de comunicación preferida. No quieren trabajar por cuenta ajena, sueñan con emprender y se sienten frustrados, piensan que hay cosas que nunca van a cambiar. Así es la Generación Z, también conocida como centennial o i-generation, por su condición de nativos digitales.

Sin embargo, en contra de lo que se podría pensar, estos jóvenes nacidos entre 1995 y 2010 (no hay consenso sobre la fecha exacta) no viven y se relacionan exclusivamente a través del smartphone. Según un estudio de la consultora Everis realizado a partir de dos focus group (grupos de trabajo), cuando se habla de gestionar sus finanzas, demandan una relación cara a cara, un contacto personal más allá del apoyo virtual.

“La generación Z ha sido testigo directo de la crisis financiera y quiere saber cómo planificar su economía particular”

Y es que, esta generación ha vivido y sufrido en sus propias carnes las nefastas consecuencias del excesivo endeudamiento de la economía familiar. Han sido testigos directos de la crisis financiera y económica que estalló hace una década. Una crisis sistémica cuyos efectos en España fueron más cruentos al coincidir con otro pinchazo, el de la burbuja inmobiliaria.

De este modo, la Generación Z valora el dinero, ha visto de cerca lo que significa no poder afrontar el pago de la cuota hipotecaria a causa del aumento del paro por la Gran Recesión y, por ende, se da cuenta de la importancia de contar con un colchón financiero para afrontar fases de estrechez económica.

Preocupados por las finanzas personales

En consecuencia y a diferencia de sus hermanos mayores, los millennials, la Generación Z sí muestra interés por la educación financiera. Quiere saber cómo planificar su economía particular. Según una encuesta del bróker estadounidense TD Ameritrade, el 46% está preocupado por sus préstamos universitarios y al 31% le inquieta el ahorro para la jubilación. No en vano se trata de un colectivo que es muy consciente de que tiene posibilidades de llegar a 100 años, lo que le obligará a trabajar durante mucho más tiempo.

“Cuando se habla de finanzas, la generación Z también demanda una relación cara a cara, según un estudio de la consultora Everis”

Romper con la banca tradicional

Con estas mimbres, las conclusiones de la consultora sobre el comportamiento de estos jóvenes con la banca indican que son cautelosos en cuestiones que no controlan. Quieren romper con las entidades que representan una banca tradicional, de venta de productos y oficinas, aunque, sin embargo, vinculan su confianza con entidades de larga trayectoria y se muestran precavidos con los últimos modelos bancarios. Son infieles, pero anhelan contar con un banco en el que confiar. Por otra parte, necesitan una experiencia personalizada a partir de interacciones personales, al mismo tiempo que demandan que el servicio sea flexible e inmediato, ya sea digital o humano.

Interactuar con una persona de carne y hueso

Así que, pese a que la mitad de este colectivo tiene una aplicación de banca en su móvil, según The Center for Generational Kinetics, su relación con los bancos no se limita a una app. Son omnicanales y buscan una doble relación con la banca. Quieren tanto servicios completamente digitalizados como el contacto personal cuando lo necesiten (24/7), apunta Everis. Y todo ello, con un lenguaje sencillo y con ejemplos reales, es decir, con transparencia. Algo que va en la naturaleza del Family Banker, el asesor financiero de Banco Mediolanum: estar a disposición del cliente e ir a verle el día que quiera a la hora que mejor le vaya. Informarle y hacer una planificación ajustada a sus necesidades, sin olvidar las comodidades que proporciona la tecnología para que gestione su día a día.

Conclusión: la entidad que quiera hacerse con los ahorros de casi el 20% de la población española, -cerca de ocho millones de habitantes- según el INE, tiene que ofrecer digitalización y personalización para la Generación Z, sin olvidarse de darles la posibilidad de contactar con una persona de carne y hueso al otro lado de la red. Un reto para seguir creciendo y encarar el futuro con optimismo.

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