Yolanda López se unió a Banco Mediolanum con el fin de “ayudar a la gente en la toma de sus decisiones financieras para que sean felices”
Se puede decir que Yolanda López llegó a Banco Mediolanum por una decepción… Tras 19 años escalando peldaños en una caja de ahorros, decidió marcharse cuando era directora de una sucursal, con diez personas a su cargo y una cartera de 11.000 clientes. El comportamiento de la entidad con los “preferentistas” le abrió los ojos y, perdón por la ñoñería, le rompió el corazón. En su opinión abandonaron a su suerte a unos ahorradores que confiaban en la caja: “Pensé que les darían alguna solución, pero no hicieron nada escudándose en Bruselas”. La directora de sucursal perdió algo que valoraba por encima de todo: la confianza de sus clientes, decepcionados no sólo con la entidad, sino personalmente con ella.
Como la suspicacia está reñida con el quehacer bancario ―al menos así lo entiende Yolanda López―, pensó que era tiempo de mudanza. Su ambición era renunciar a vender productos financieros a granel para convertirse en una asesora financiera con mayúsculas; es decir, una profesional que antepone los intereses de sus clientes a los suyos propios y a los de la entidad. Fácil de decir, pero duro de cumplir. Para todo hay dos caminos: el fácil y el correcto. López optó por el segundo y resolvió hacerse autónoma con el fin de “ayudar a la gente en la toma de sus decisiones financieras para que sean felices”.
“Su ambición era renunciar a vender productos financieros a granel para convertirse en una asesora financiera con mayúsculas”
Halló la respuesta en Banco Mediolanum, que pone a su disposición una completa plataforma de servicios bancarios. Así puede ejercer una profesión que adora y, no le cabe la menor duda, con futuro: “En general, en España tiene que mejorar mucho la cultura financiera“. Se juntan, pues, el hambre (la suya por asesorar a gente) con las ganas de comer (las de aquellos clientes que se sienten maltratados por la banca que podemos llamar tradicional).
El camino es sumar una cartera de clientes fieles y en eso anda Yolanda López, que vuelve a su mantra esencial: confianza. “Ofrezco los mejores productos a mis clientes, aquellos que se adecuan a sus necesidades. Banco Mediolanum me ofrece un amplio abanico de posibilidades para llevar a cabo un completo asesoramiento global; no dudo en ayudar a mi cliente en todo lo que me pida. Ganarme su confianza es primordial. Mi trabajo consiste en que el cliente esté seguro de que aquello que yo ofrezco es lo mejor posible”, remarca. Buen marketing para un asesor financiero.
“Banco Mediolanum me ofrece un amplio abanico de posibilidades para llevar a cabo un completo asesoramiento global”
¡Ojo!, Yolanda es una experta, pero ha borrado todo atisbo de petulancia profesional. “Les explico cada detalle y no les acepto la respuesta recurrente de ’lo que tú elijas’. Les planteo el equilibrio primario entre seguridad, liquidez, rentabilidad y fiscalidad.” Aunque también se fundamenta en la transparencia de su gestión. Los clientes saben que, como cualquier profesional, ella vive de las comisiones de los productos que sus clientes contratan, algo que comprenden bien. Al fin y al cabo, todo el mundo está obligado a poner en su mesa un plato de lentejas.
Otra manera de hacer banca
Yolanda López no es amiga de dar consejos; no obstante, recuerda que hay otra manera de hacer banca. Eso sí, hay que cambiar de frecuencia. “Primero, eres un autónomo que ejerce una profesión, no tienes un trabajo. Segundo, si quieres vivir de ella hay que olvidarse del axioma de ¡toma el dinero y corre! No se puede pensar sólo en la comisión, sino al revés, primero el cliente y luego la comisión.” Además, actuando así se deterioría la imagen de Banco Mediolanum, “lo cual no es bueno para ninguno de nosotros”.
Nuevamente, el secreto está en granjearse la confianza de los clientes y dejar que el boca-oreja funcione. “Al principio, el cambio da repelús, pues hay muchos trabajadores de banca que se han vuelto meros administradores o vendedores, perdiendo su función de asesores.” Pero ya lleva siete meses con Banco Mediolanum y no se le ha ido ningún cliente. Por el contrario, le van llegando conocidos y amigos por referencias: “Incluso tengo una clienta de Granada”. Su meta es alcanzar una cartera de entre 150 y 200 clientes. No hay prisa: Yolanda es una corredora de fondo que cree en lo que hace.