¿Alguna vez has comprado algún objeto que pensabas que era imprescindible en tu vida y luego no lo has utilizado ni una sola vez? ¿Has sentido remordimientos por esas compras por impulso, o quizá compras compulsivas?
Todos, en mayor o menor medida, hemos caído en la tentación. No obstante, estas acciones de compra llevadas al extremo pueden resultar ser un problema.
Diferencia entre compras compulsivas y compras por impulso
El ser humano se sigue moviendo por impulsos. Aunque suene muy primario, seguimos siendo adictos a la agradable sensación que nos proporciona el hecho de conseguir de forma inmediata algo que deseamos. Esto se puede aplicar a nuestras tendencias a la hora de comprar, acto de compra y, por consiguiente, también al gasto. No obstante, esto repercute directamente en nuestro bolsillo y, a largo plazo, puede acarrear serios problemas en nuestra estabilidad financiera.
Las compras compulsivas y las compras por impulso pueden parecernos conceptos idénticos, pero en realidad no es así. Bajo una línea ínfima de diferencia, la primera de ellas puede considerarse un problema y la otra un acto controlable, pero… ¿Sabes cuál es la diferencia entre una y otra?
La compra compulsiva, o también conocida como patológica, hace referencia a aquellos actos de compra en los que los compradores otorgan gran importancia y significado a los objetos deseados que tienen en mente, y su compra. Una vez se realiza la adquisición, estas personas sienten una emoción satisfactoria y placentera pero a corto plazo.
En cambio, las compras impulsivas tan solo se refieren a los actos de compra de aquellos productos que no se tenía pensamiento de comprar, pero se han acabado comprando.
Oniomanía
Comprar compulsivamente es algo que se muestra en series y películas como algo positivo, pero en realidad no lo es. Comprar compulsivamente puede llegar a tratarse de una enfermedad, un trastorno, que puede llegar a afectar a todos los niveles a quienes lo padecen.
La Oniomanía es el término patológico para aquellas personas que no pueden frenar su deseo de compra compulsiva. A ello hay que sumar la falta de autocontrol ante el gasto, y la consecuente problemática que puede conllevar.
Consejos para evitar las compras compulsivas
Evitar la tentación ante la necesidad urgente de comprar determinados productos es la clave para ahorrar ciertos problemas en la estabilidad económica.
- Planificación del ahorro. La planificación es el pilar básico de nuestra economía. Se trata de apartar una cantidad de nuestro presupuesto mensual con el fin de conseguir nuestros objetivos o bien para que nos sirva para afrontar imprevistos.
- Evita ir de compras para paliar sentimientos negativos. Es muy común realizar determinadas compras “de placer” para compensar tu estado anímico. Esta situación es la que se tiene que evitar, pues a largo plazo se puede convertir en una costumbre que puede llevarte a padecer problemas psicológicos, y también financieros.
- Toma decisiones de compra en compañía. Para no caer en la tentación de comprar, la mejor solución es pedirle a un familiar, amigo o alguien que conozca tu debilidad. Ellos te ayudarán a racionalizar tus actos de compra.
- Reflexiona sobre tus costumbres de compra. Cuando vayas a comprar, piensa en lo que es estrictamente necesario y lo que es una compra por placer.
- Piensa en el beneficio del ahorro. Como dice el primer punto, disponer de un buen ahorro puede ayudarte a conseguir puede ayudarte a conseguir tus objetivos. Además, para conseguirlo, nada mejor que contar con la asesoría de un profesional de las finanzas personales, como los Family Bankers de Banco Mediolanum.
Cierre del artículo
Las compras por impulso son actos que realizamos en muchas ocasiones cuando vamos a comprar, pero si lo tomamos como costumbre, pueden derivar a una patología seria, que nos puede perjudicar en nuestra salud y a nivel financiero. Es por eso que contar con ciertos consejos, y con ayuda profesional si el caso es muy grave, pueden solucionar muchos de nuestros problemas.
