“Dos de carne, salsa especial, lechuga, pepinillo, cebolla, queso y pan”. Dicho así, no es más que la receta condensada de uno de los productos alimenticios más demandados del mundo. Una simple hamburguesa. Pero un Big Mac, producto estrella de la casa de comida rápida McDonald’s, es mucho más que un bocadillo. Desde 1986 también una se utiliza como un indicador para ver la posición de las diferentes divisas internacionales en relación al dólar estadounidense.

El punto de partida de esta curiosa relación entre comida rápida y macroeconomía es la Paridad del Poder Adquisitivo. En pocas palabras, esta proyección teórica, entiende que con la misma cantidad de dólares convertidos a otra moneda (al tipo de cambio oficial) debería poder comprarse lo mismo en cualquier lugar del mundo. Para poner las cosas más claras: imaginemos que con un dólar podemos comprar un billete de autobús en los Estados Unidos; si el cambio oficial con el dólar es de 0,74 euros, un billete de bus en España debería costar 0,74 euros para estar en una situación de paridad de poder adquisitivo.

En 1986, la revista económica The Economist decidió buscar un producto de consumo extendido por todo el mundo que sirviera para ilustrar la paridad de poder adquisitivo y, en consecuencia, la posición relativa de las diferentes divisas del mundo en relación al billete verde norteamericano. Y así nació el Índice Big Mac, que utiliza como bien de consumo internacional a la conocida hamburguesa de la cadena de restaurantes McDonald’s. En base a este indicador se han creado otros como el tiempo de trabajo que una persona debe realizar para comprar una de estas hamburguesas que sirven para determinar el nivel salarial de cada lugar.

A través de este índice se puede saber, de manera aproximada, el costo de vida de un país determinado y si su moneda está sobrevalorada o, por el contrario, infravalorada con respecto al dólar.

burguer

Así, y como se ve en la imagen, en enero de este año el precio de un Big Mac en la zona euro convertido a dólares era más alto que en Estados Unidos. Por lo tanto, según el índice Big Mac, el euro estaría sobrevalorado respecto al dólar. Está claro que este índice no pretende ser una bolsa de cristal sobre la evolución de las divisas,  pero es un claro ejemplo de cómo se puede abordar temas aparentemente complejos de forma más sencilla y próxima a la vida cotidiana.

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