deflación en los precios

¿Es bueno que los precios bajen? En un principio, la respuesta debería ser que sí. Pero en economía las cosas no son tan sencillas. De hecho, una bajada generalizada y continuada de los precios, lo que en términos económicos se conoce con el nombre de deflación, es un mal síntoma que, a la larga, acaba por afectar a todos los agentes que participan en el mercado, incluidas las familias.

Qué es la deflación

Empecemos por el principio: ¿Qué es la deflación? La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios es mayor que la demanda de esos bienes y servicios por parte de los consumidores, lo que provoca el descenso del precio. Según el FMI, un país entra, de manera oficial, en deflación cuando la bajada de precios se mantiene durante dos semestres.

Entonces, ¿qué significa deflación? Este término indica una reducción de la oferta monetaria, cuya principal consecuencia es que el valor de la moneda sube, es decir, que con la misma cantidad de dinero podemos comprar más cosas. Los productos, bienes y servicios, se abaratan.

La bajada de la demanda se produce por la combinación de tres factores: el descenso del gasto de las familias; la caída del gasto de los organismos gubernamentales y la disminución de la inversión que llega a un sistema económico. Estos factores provocan el desequilibrio entre la oferta y la demanda.

Qué es inflación y deflación

Una vez explicado brevemente qué es la deflación en economía, es interesante compararla con su antónima directa, la inflación. Así es: la deflación es el concepto contrario a la inflación y es un signo inequívoco de la caída de la actividad económica

La inflación, por su parte, significa la subida de los precios, y por consiguiente el encarecimiento de los bienes y servicios, lo que provoca un aumento en el precio de los mismos. Justamente al contrario de la inflación, en este escenario los precios suben, el valor de la moneda baja, por lo que podemos comprar menos cosas con la misma cantidad de dinero.

Causas de la deflación

Las causas de la deflación tan solo pueden ser dos:

1- La demanda reducida: Cuando la demanda se reduce en la economía de un país, automáticamente los precios tienden a reducirse.

2- El exceso de oferta: Cuando se produce un incremento en la oferta que el mercado no es capaz de asumir en ese momento, se produce una reducción de los precios.

Consecuencias de la deflación

Uno de los efectos directos de esta bajada del valor de los productos y servicios es que los consumidores demoran cualquier decisión de compra a la espera de nuevas bajadas. Es decir, incentiva el ahorro y desincentiva el consumo. 

Conservar el dinero es más rentable que consumir, ya que existe la expectativa generalizada de que los precios seguirán bajando. Por lo tanto, se produce un incremento del ahorro. Es lo que los expertos califican como la trampa de la liquidez ya que los consumidores prefieren consumir mañana a consumir hoy, es decir, el ahorro al consumo.

También se incrementa el desempleo, ya que los empresarios invierten más en bienes de capital y menos en trabajadores, produciendo el desplazamiento del empleo a unos trabajos más cualificados, productivos, y de mayor valor añadido.

Pero, a la larga, los efectos negativos son muchos más y de más profundidad que los positivos. El primero, y más importante, es el aumento de stock de productos por parte de las empresas, lo que además supone que ante la caída de las ventas aplazan las inversiones y despiden trabajadores. Es el inicio de un círculo vicioso que provocará, debido al aumento del desempleo, una contracción aún mayor del consumo y, a la larga, mayores niveles de deflación. A largo plazo, el resultado sería una caída importante de la actividad económica que afectaría a todos los agentes implicados.

Ventajas y desventajas de la deflación

Como en cualquier escenario económico, hay ciertas ventajas e inconvenientes que vale la pena conocer.

Como principales ventajas de la deflación, podemos resaltar el hecho de que al bajar los precios de los bienes y servicios los salarios se mantienen, por lo que cobrando lo mismo en nuestros trabajos tendremos la sensación de tener un nivel adquisitivo mayor. Como consecuencia, los empresarios deciden invertir en bienes de capital y no en los trabajadores (ahí está la otra cara oculta de la ventaja, la desventaja)

Como ya comentábamos, otra de las ventajas con doble cara, es decir, con desventaja oculta, es que se incentiva el ahorro, pero eso provoca que sigan bajando los precios y que se consuma cada vez menos. Es un pez que se muerde la cola.

Como principal desventaja de la deflación, sin duda, es la espiral viciosa a la que nos abocamos sin remedio. Caída de precios, salarios y producción, creando o agudizando las recesiones, provocando el estancamiento de la economía.

Las empresas disminuyen su producción al haber menos consumo, y por lo tanto se produce un aumento directo de despidos de los trabajadores, aumentando el paro irremisiblemente. Esto, a su vez, produce menos consumo todavía, y de nuevo un exceso de oferta, que provoca otra nueva bajada de los precios. Esto es lo que se conoce en economía como “espiral deflacionista”.

Qué esperar en un escenario económico de deflación

Hay dos formas de combatir esta situación. Una es con la política monetaria, que  incide en la necesidad de bajar los tipos de interés y, por lo tanto, abaratar el precio del dinero. Los que defienden esta forma de salir de la deflación mantienen que estimular la circulación del dinero provoca mayor y mejor acceso al crédito y una reactivación del consumo. Es la estrategia que ha seguido el Banco Central de Japón en los últimos tiempos. 

La otra forma pasa por la intervención del sector público en la economía. Es la llamada solución fiscal y supone la introducción de estímulos por parte del sector público para la reactivación económica, como la construcción de infraestructuras.

Según los expertos, lo ideal es tener una inflación anual que se mueva entre el 1 y el 2%.

¿Qué pasa con la inflación en España actualmente? El riesgo de deflación en España se ha visto incrementado debido a la crisis que ha generado el Coronavirus, especialmente en las economías más débiles y que dependen más de los servicios, como el turismo.

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