La crisis pandémica ha cambiado nuestras vidas y muchos abogan por mantener algunos de los nuevos hábitos de este último año. ¿Cómo hacerlo? En la primavera de 2020, el tenista Rafa Nadal dijo algo con lo que casi todos podíamos identificarnos. “No quiero la nueva normalidad”, advirtió en una entrevista, “quiero la normalidad de antes”. ¿Cómo no íbamos a estar de acuerdo con sus palabras?
Con el paso de los meses, sin embargo, los confinamientos domiciliarios se relajaron espectacularmente y empezamos a adaptarnos cada vez mejor a la situación. Además, desarrollamos unos hábitos nuevos que, en algunos casos, nos parecieron incluso mejores que los de antes.
“La crisis pandémica ha cambiado nuestras vidas y muchos abogan por mantener algunos de los nuevos hábitos de este último año”
Por eso, son muchos los que ahora no están dispuestos a prescindir de ellos ni siquiera cuando las vacunas se universalicen en España a lo largo de los próximos meses. Un ejemplo muy destacado es el teletrabajo. Según un informe de la consultora inmobiliaria Jones Lang LaSalle, el 70% de los profesionales quiere seguir teletrabajando tras la pandemia. El 20% cree que la fórmula ideal sería hacerlo dos días a la semana.
Cómo adaptar tu casa al teletrabajo
Para mantener este nuevo hábito, sin embargo, hacen falta unas viviendas mejor equipadas. Y eso significa que necesitamos reformarlas para aprovechar o reconfigurar los espacios e invertir más en tecnología. Nos hacen falta, por ejemplo, una conexión a internet más rápida, unas pantallas más amplias y cómodas, un buen juego de auriculares y micrófono para que nuestro sonido sea impecable en las (vídeo)conferencias, una capacidad de almacenamiento extra en el disco duro para los materiales de los cursos virtuales que realicemos o un antivirus que proteja con garantías nuestro ordenador y nuestros dispositivos móviles.
Por supuesto, la tecnología no lo es todo. De hecho, son muchas las familias que se han planteado cambiar de casa no solo por la experiencia traumática del confinamiento, sino también porque necesitan más metros cuadrados. Al fin y al cabo, los pisos en los centros de las grandes ciudades suelen ser algo más pequeños y caros que en otros vecindarios, carecen habitualmente de terrazas y jardines propios y no cuentan, por lo general, con un acceso inmediato a una gran zona verde donde practicar deporte al aire libre.
Movilidad geográfica de trabajo
Quizás por todo ello no sorprende tanto que, en un sondeo reciente, 7 de cada 10 encuestados dijera que prefería vivir lejos del centro urbano o que también fueran muchos los que habían empezado a priorizar en la búsqueda de vivienda que esta tuviera terrazas y jardines privados y que fuera exterior y consumiera menos energía.
“Necesitamos un buen plan financiero que nos permita afrontar, a largo y medio plazo, el ilusionante desafío de abrazar una vida mejor”
Y este cambio de sensibilidad ya se ha empezado a notar. Por ejemplo, el éxodo de población afecta a las grandes ciudades. Barcelona ha perdido habitantes por primera vez en la última década después de que crecieran un 8% las personas que se han marchado de la ciudad en el último año y se desplomasen un 44% los llegados de fuera. Algunos de los que optaron por dejar la urbe en la pandemia provenían de los barrios más prósperos y se empadronaron en sus segundas residencias, generalmente en entornos más rurales o próximos al mar.
¿Nos estamos poniendo en forma?
La nueva normalidad también nos ha animado a cuidarnos más. Así, después de los casi seis kilos que ganamos de media durante los primeros meses de la crisis pandémica, algunos sondeos sugieren que al 80% de los españoles le preocupa más que antes hacer deporte y alimentarse e hidratarse adecuadamente. Además, el 70% asegura que se fija más en su salud, algo que ya se ha empezado a notar, por ejemplo, en la explosión de usuarios de los nuevos seguros médicos digitales o en la adquisición masiva de material deportivo.
Como se ve, son muchos los cambios en los hábitos que nos gustaría mantener después de la pandemia, desde la redoblada apuesta por la salud… hasta la mejora de nuestras viviendas, la búsqueda de una nueva casa o la actualización de nuestro equipamiento tecnológico. Ahora que sabemos lo que queremos, solo nos falta una cosa: un buen plan financiero que nos permita afrontar, a largo y medio plazo, el ilusionante desafío de abrazar una vida mejor.