Son diez los años transcurridos desde que la caída de Lehman Brothers atemorizó al mundo financiero. Nos tenemos que remontar al 15 de septiembre de 2008, cuando el que era el cuarto mayor banco de inversión del mundo se declaró en quiebra. ¡La más grande jamás vivida en la historia financiera! El colapso fue tan impactante que no solo afectó a sus empleados e inversores, sino que desencadenó un tsunami financiero, de tal magnitud y alcance, que se ha llegado a comparar con la Gran Depresión.
Sin embargo, diez años después, el mundo sigue girando y va recobrando, de forma paulatina, su velocidad. ¿Cómo se han recuperado los mercados desde aquella fatídica fecha? ¡Hoy te lo explicamos!
La crisis y su repercusión en los mercados
El origen de todo lo encontramos en el impago generalizado de las hipotecas de alto riesgo —las conocidas como hipotecas subprime— en EE. UU., de lo cual Lehman Brothers fue la mayor víctima. La desaparición de esta entidad financiera actuó como catalizadora de la recesión y empeoró la crisis, hasta llevar a las bolsas a su desplome.
Si nos centramos en el mercado bursátil español, el varapalo de Lehman Brothers llevó al Ibex 35 a perder un 4,50% en la sesión del 15 de septiembre. Y es que el mercado estadounidense marca el pulso de las bolsas del mundo y cualquier elemento de incertidumbre se traslada al resto de los mercados de valores. Esto provocó un clima de desconfianza que se fue extendiendo al mismo tiempo que los pronósticos de crecimiento económico mundial se deterioraban.
Los efectos sobre el mercado español
En España, las garras de la recesión se notaron pronto. En la jornada del 10 de octubre, el selectivo español se hundió un 9,14%, la mayor caída en una sesión hasta esa fecha. Al miedo generalizado que se propagaba desde EE. UU., se unió el estallido de la burbuja inmobiliaria española. Todo ello trajo consigo unas pérdidas del 39,43% a cierre del ejercicio de 2008, con los valores vinculados al ladrillo liderando las caídas. Si comparamos con otras anteriores, esta caída fue histórica, incluso superior a los registros de 1931, en medio de la Gran Depresión, o de 1973, con la crisis del petróleo. Debido al pánico de los inversores, el índice español llegó a registrar unas pérdidas del 58,82%. Viendo estos resultados, parecía que todo estaba perdido…
Si revisamos la evolución actual del Ibex 35, parece que nos está costando recuperar los niveles alcanzados en 2007. De hecho, tras diez años de la mayor crisis del siglo XXI y de una crisis europea vinculada a los déficits excesivos, los actuales niveles del Ibex 35 se encuentran un 41,61% por debajo de los máximos históricos.
Sin embargo, ¡existe un error en esta observación! El Ibex 35 no tiene en cuenta el efecto de reinversión de los dividendos, es decir, los dividendos repartidos por las empresas cotizadas se descuentan de las cotizaciones. Otros selectivos bursátiles, como por ejemplo el alemán Dax, asumen en su cotización el efecto de reinversión de los dividendos. Este matiz, sin duda importante, porque puede llevarnos a conclusiones equívocas y más en la bolsa española, que es especialmente generosa en la retribución a los accionistas. Teniendo en cuenta el efecto de reinversión de los dividendos, no hay dudas: la bolsa española hace años que recuperó sus máximos históricos.
La estrategia Dollar Cost Averaging
Tal y como señalábamos al principio, no hay mal que cien años dure. Y sabiendo que ninguna crisis es para siempre, lo mejor que podemos hacer como inversores, ante la volatilidad, es continuar con nuestra estrategia de ahorro e inversión. Gracias al largo plazo, herramientas como el método Dollar Cost Averaging son capaces de hacernos recuperar la rentabilidad perdida en momentos críticos en los mercados.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que, desde el techo del mercado de 2007, el inversor hubiera puesto en marcha una estrategia Dollar Cost Averaging (DCA), con la misma aportación mensual, en un fondo de inversión o cartera de valores que reprodujera los pesos representados en el índice bursátil Ibex Total Return, el índice que contempla la reinversión de dividendos distribuidos a sus accionistas. ¿Qué hubiera sucedido?
Si hacemos un planteamiento que comprenda todo el mercado bajista anterior -iniciado en octubre de 2007- y todo el actual mercado alcista, vemos como la estrategia DCA es claramente vencedora. Atendiendo a los números, y partiendo de los máximos de 2007, la cartera alcanzaría con una rentabilidad acumulada del 25,34% frente al Ibex TR, que consigue un 2,7%. En otras palabras, la estrategia DCA supera ampliamente al índice aportando 22,7 puntos porcentuales de rentabilidad.
Lo que nos enseñó la crisis
¿Qué hemos aprendido en estos diez años? De todo se sale, incluso de las mayores crisis financieras que inducen a grandes pánicos. Y como aconseja el sabio Warren Buffet: «Sed temerosos cuando los demás son codiciosos y codiciosos cuando los demás son temerosos».
En el supuesto de que hubiéramos sido temerosos cuando el pánico se extendía y hubiéramos desinvertido en un momento en que las pérdidas latentes suponían el 50% o más, hubiéramos consolidado esas pérdidas y, peor aún, hubiéramos perdido la oportunidad para ponderar nuestra cartera en renta variable para, seguidamente, aprovechar el entorno de recuperación de las bolsas.
*Nota: El ejemplo no incluye los costes de operativa ni la fiscalidad sobre dividendos.
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