La rentabilidad de una inversión suele medirse en función de si el producto se ha revalorizado o devaluado. El cálculo generalmente se hace sobre el año natural, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

Por otra parte, la rentabilidad del producto de inversión normalmente no tiene que ver con la rentabilidad que obtienen los ahorradores que invirtieron en él. No es frecuente que se invierta el día 1 de enero y además el ahorrador es sensible a factores como las noticias o sus emociones que hacen que su inversión no sea estable: invierte o vende a lo largo del año. El resultado es que al calcular la rentabilidad de ese año puede que el producto haya obtenido un rendimiento positivo y, no obstante, el ahorrador haya perdido o viceversa.

La diferencia está en la gestión de las emociones y la aplicación de un método de ahorro para que los resultados puedan incluso superar a los de los productos en los que invertimos:

  1. Numerosos estudios prueban que si se intenta predecir el comportamiento del mercado el inversor falla más veces de las que acierta (informe Dalbar). Aunque sabemos que no es correcto proceder así, el miedo o la euforia nos empujan a tomar esas decisiones. Para evitar estos desajustes es necesario tener claros los objetivos de ahorro y confiar en un asesor financiero profesional que nos ayude a gestionar racionalmente nuestro ahorro.
  2. El segundo factor que influye en la rentabilidad que logra un cliente es el método de inversión del ahorro, en lugar de intentar adivinar cuál es el ‘momento perfecto’ para invertir. Uno de los más sencillos es el de las aportaciones periódicas. En Banco Mediolanum lo llamamos estrategia PAC y tiene varias ventajas:

–        Automatización del proceso. Solo se toma una decisión inicial y objetiva de ahorrar regularmente.

–        Reducción de la volatilidad. La inversión regular permitirá promediar el precio de la misma, lo que históricamente ha demostrado que permite obtener un mejor precio medio.

–        Aprovechamiento de los períodos de bajada de los mercados. Además aumentar nuestras posibilidades de anticipar los resultados positivos, podremos aspirar a obtener mayores rentabilidades que quien invirtió todo de una sola vez.

Por tanto, la clave está en la perspectiva global y no en la concentración sobre la rentabilidad que obtiene un producto. El Consultor de Banca Personal trabaja para que el ahorrador consiga la mejor rentabilidad posible

 

Fuente de la imagen: Carrichoco.com

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